Un 12 de noviembre de 1979 el decreto presidencial de López Portillo convirtió el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz en el “Día Nacional del Libro”. Te contamos porqué es considerada como “la décima musa” y la exponente máxima de la literatura hispanoamericana del siglo XVII.
Juana Ramírez de Asbaje, creció bajo el resguardo de su abuelo, en la biblioteca , floreció el prodigioso talento de escritura de la pequeña que siempre tuvo hambre de saber.
Según sus propios escritos, aprendió a leer cuando sólo tenía tres años, y esto lo hizo con una pequeña mentira.
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Una de las hermanas de Sor Juana recibía clases para aprender a leer, Juana no se quiso quedar atrás y le mencionó a la profesora que su madre había ordenado que ella también aprendiera, por lo que comenzó a tomar lecciones.
El miedo a su madre la orilló a jamás revelar el secreto y cuando la madre se dio cuenta la pequeña ya podía leer sin dificultad.
Comienzan los datos curiosos…
En aquello tiempos la educación escolar no era opción para las mujeres, y teniendo solo 7 años, Juana le pidió a su madre que la disfraza de niño para poder ir a la escuela, la negativa de la madre la orillo a encerrarse largas horas en la biblioteca para volverse autodidacta.
García Marquez ha mencionado en sus escritos que Sor Juana se disfrazó de hombre en alguna ocasión para asistir a una casa de enseñanza.
A los 16 años, la belleza de Juana y sobre todo sus habilidades intelectuales llamaron la atención del virrey, quien la mandó a llamar para volverse dama de compañía de la marquesa Leonor Carreto.
Su desempeño fue evaluado por 40 profesores universitarios de distintas disciplinas la pusieron a prueba y ella lo hizo tan bien que el marqués mencionó que parecía “un galeón real defendiéndose de pocas chalupas”
La inteligencia de Juana se encontraba siempre en un estricto orden y disciplina, la mujer se ponía plazos para aprender cosas y si la fecha límite llegaba sin que dominara la información perfectamente, sin compasión cortaba su cabello.
“No parecía razón, que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba desnuda de noticias”, explicó en uno de sus escritos.
Al enterarse que las mujeres casadas debían someterse a sus maridos, Juana decidió ingresar al convento de San José de las Carmelitas Descalzas donde se convirtió en “Sor Juana Inés de la Cruz”, pero lo abandonó 4 meses después debido al estricto régimen de vida, posteriormente entró a otro.
Uno de los rumores más grandes de la poetisa es el de su amor por la virreina María Luisa Gonzaga Manrique de Lara quien fue su protectora y principal promotora de su obra en México y España.
Sergio Téllez-Pon reveló en “Un amar ardiente”, algunos de los textos que compuso de la escritora.
Aquí te dejamos un poco del poema completo para que saques tus conclusiones:
“Yo adoro a Lisi, pero no pretendo
que Lisi corresponda mi fineza;
pues si juzgo posible su belleza,
a su decoro y mi aprehensión ofendo.
Como cosa concibo tan sagrada
su beldad que ni quiere mi osadía
a la esperanza dar ni aun leve entrada”
Sor Juana murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695 en el Convento de San Jerónimo, su extensa obra y característica forma de escribir la han hecho inmortal en la memoria colectiva.
GR