Chignahuapan está considerado como el pueblo mágico donde la Navidad es eterna, porque todo el año se puede encontrar esferas de miles de formas y colores.
Recorrer sus calles es deleitar al ojo detrás de cada puerta que encuentras en sus calles empedradas y llenas de diseño y fiesta navideña, que resguardan talleres y comercios.
Muestra clara es La Esfera Mágica, un emprendimiento impulsado por Moisés Zamora Jimenez y su pareja Mariela Mijares Lara, el cual surgió con el fin de ayudar a la región de Chignahuapan, y que durante la pandemia expandió sus ventas y las de otros talleres a través de la compra en línea con envíos seguros.
Oriundos del pueblo mágico localizado en Puebla, la empresa inició como un proyecto familiar hace dos años, pero la idea tomó fuerza con la situación por el Covid-19.
Como la gente no podía salir, nos surgió la idea de hacer una tienda que tuviera envíos, además de que las esferas llegaran intactas a todo el país; por lo que trabajamos con talleres con esferas más resistentes”.
Como en el norte del país la compra de esferas tiene una gran influencia del mercado de Estados Unidos, ellos vieron en esta zona “un campo libre para las ventas”. Por ello, ahora “la mayoría de nuestras ventas están en el norte del país”, cuenta Moisés.
Las esferas son elaboradas con la técnica del vidrio soplado, consideradas una pieza de arte popular, y de las cuales se producen millones cada año en este municipio.
RECUPERACIÓN DE VENTAS
El año pasado la venta para los talleres fue muy baja, declaró Moisés la mayor comercialización se da en La Feria del Árbol y la Esfera; sin embargo, por la pandemia se canceló y mucho del producto se quedó.
Debido al excedente de esferas, “la mayoría de los talleres fueron bastante conservadores en cuanto a la producción”, explica Moisés, y varios talleres bajaron su nivel de producción hasta en 50% durante el año.
Ello provocó que de una producción anual de 700 mil esferas bajara a 350 mil, durante la pandemia.
Este 2021, para muchos talleres la venta se ha incrementado durante este periodo pre-festivo, lo que ha llevado a un incremento de “emergencia” en la producción.
Por su parte, Rubén Morales Días, administrador de Esferas Esnaviso explica que las ventas se han recuperado casi en 100% respecto a años anteriores a la pandemia, gracias a la realización de eventos municipales para la venta de producto, los cuales iniciaron el 26 de noviembre y se mantendrá hasta el 5 de diciembre.
A pesar de que hay un mercado acaparado por las esferas plásticas chinas en las tiendas departamentales, las ventas no se ven afectadas debido a que el comprador usual de esferas de vidrio busca la mano de obra artesanal, coinciden Rubén y Moisés.
Chignahuapan, la entrada al encanto de la sierra norte del estado de Puebla, ofrece muchos más que esferas, pero esta Navidad, serán justo esas piezas las que adornen millones de hogares mexicanos.
Números
100 millones
de esferas de producen al año y se venden 3 millones de cajas
400
talleres hay en Chignahuapan que se dedican a esta actividad
En 2019 reconocen
el proceso de elaboración como patrimonio intangible de Puebla
Un municipio que da forma a las esferas
Con más de cien millones de esferas fabricadas por artesanos en 400 talleres, el municipio serrano de Chignahuapan, Puebla, es uno de los pueblos mágicos a donde se puede acudir por ese artículo navideño todo el año.
A esa actividad se suman las cerca de 150 hectáreas de bosque donde se producen miles de arbolitos para su venta y adornar, junto con luces de colores, posteriormente los hogares de todas las partes del país.
Se estima que 80% de las familias de esta alcaldía tienen como principal actividad la producción de estos adornos y artesanías navideñas. Y es que un pequeño taller puede fabricar mil 500 esferas diarias.
Los miles de visitantes al municipio poblano, conocido también por la imponente Virgen de la Inmaculada Concepción -la imagen religiosa bajo techo más grande de Latinoamérica-, así como el kiosco estilo Mudéjar y su Laguna formada por nueve ojos de agua, se pueden observar en su calles en cualquier mes del año, pero sobre todo previo a las festividades de Navidad, a donde acuden a llevarse algunas de las más de tres millones de cajas de esferas de colores, figuras y tamaños tan diversos como puedan imaginar.
Los visitantes pueden ingresar al pueblo mágico, declarado así desde 2012, a través de la autopista Huachinango- Zacatlán y por la carretera federal 119 Tlaxco-Chignahuapan, y también disfrutar de la Feria Nacional del Árbol y la Esfera, así como el árbol monumental de Navidad más grande de Puebla, con una altura superior a los 65 metros; y una esfera gigante, de 16 metros de diámetro, instalados en el zócalo del municipio.
Chignahuapan se caracteriza por sus riquezas naturales, arquitectura religiosa, casonas de fuertes muros, techos de madera y teja, pero sobre todo por ser una localidad en la que la Navidad nunca se va.
LEG