El espíritu navideño ya recorre las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, donde moños, luces, escarcha, nochebuenas (de plástico y reales) se ofertan y decoran las calles de República de Uruguay, Correo Mayor y Pino Suárez.
Miles de personas acuden y se aglomeran entre negocios formales y ambulantes que ofrecen su mercancía sobre lonas y cajones.
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“Esto está imposible, es la última vez que vengo a comprar aquí”, dice una señora mientras se abre paso en uno de los callejones que conectan calles paralelas y que también funcionan como corredores comerciales.
“Pero igual va a venir el año que viene”, dice un hombre que alcanzó a escucharla, mientras bebe un tehuacán preparado en un carrito que estorba en medio del paso.
“De a 140 la bota Navideña, güerita, la que guste, se la enseño”, dice un vendedor cuyo local solo vende ese producto y cuya mercancía cambia cada temporada, sea Día de Reyes, Día de Muertos, Navidad o Día de la Independencia.
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A las conversaciones que vienen y van se suman algunas canciones de villancicos que resuenan por los pasillos y los locales, donde el espíritu navideño se contagia a los trabajadores, que esperan por fin recuperarse de los cierres forzados por la pandemia de Covid-19.
Otra pareja va pasando sobre Uruguay y ven colgadas algunas pieles de vaca en una peletería, de los pocos locales sin adornos navideños.
“Mira, amor, nos funciona como tapete”, dice el hombre.
“Sí pero cuesta 600 pesos y nada más traemos 800, y hay que comprar lo de Navidad”, le contesta su señora esposa.
Los dos discuten unos breves momentos y poco después salen con la piel de vaca y en busca del Banco más cercano, un Santander a media cuadra llenó de incautos formados para los cajeros, quienes también pensaron que les alcanzaría el dinero.
A las afueras de la estación del Metro Pino Suárez se encuentra un enorme árbol de Navidad, ahí parejas, familias o grupos de amigos hacen fila para tomarse la foto del recuerdo; ahí mismo, en la plaza y sus alrededores, la venta de luces o adornos de navidad se hace presente, sin embargo, algunos prefieren caminar hacía República de Uruguay en busca de precios más económicos.
Sobre esa calle, Julio, quien vende esferas, comenta que su mercancía tiene buen desplazamiento, aunque es poca la venta al mayoreo.
“Estamos dando el cilindro de esferas de color en 250 con 60 piezas, y las rojas están en 300 pesos; traje mil cilindros y estoy vendiendo cuatro por día, claro no es venta al mayoreo, pero la gente está comprando, entonces sí está levantando chido”, comentó a este diario.
LEG