Llega a las plataformas digitales gratuitas el documental Gigantes descalzos (2017) que muestra cómo una escuela de baloncesto indígena cambia la vida de más de dos mil niños de los pueblos triqui, chinanteco y zapoteco.
Son niños provenientes de un lugar marcado por la violencia, la pobreza y la marginalidad, pero su equipo supera contrincantes del mundo entero. Muy pocos conocían la existencia de la comunidad indígena Triqui, en el noroeste de Oaxaca, hasta que estos pequeños gigantes empezaron a ganar torneos internacionales de baloncesto.
El equipo se convirtió en un fenómeno en México que pronto empezó a acaparar titulares, ofreciendo todos los ingredientes de una historia de seducción mediática que no pasó desapercibida por los directores del documental.
En 2014 una selección indígena de baloncesto de México fue a participar en un campeonato en Barcelona donde quedaron en segundo lugar. Su historia comienza entonces a resonar en los medios españoles y así es como llega a oídos de los documentalistas Álvaro Priante e Iván Roiz.
En las canchas de un poblado perdido entre Guerrero y Oaxaca les recibe el “profe Sergio”.
Él es el artífice de un proyecto que busca mejorar la integración, garantizar la educación y proveer de mínimas condiciones de vida a los niños de una de las poblaciones más desfavorecidas de México a través del deporte.
Ahora, gracias a sus inagotables esfuerzos detrás de la Asociación de Basquetbol Indígena de México (ABIM), los niños triquis no sólo disfrutan de tres comidas diarias, sino que viajan por todo el mundo jugando a ganar. Zúñiga es la prueba viviente de que, con voluntad, es posible cambiar vidas, a pesar de la falta de apoyo gubernamental y financiero.
Gigantes descalzos refleja, en voz de sus protagonistas, lo que ha supuesto la instauración del baloncesto como vía de desarrollo integral para una comunidad durante años olvidada y la cual se transmite a través de la VIX.
LEG