Hay quienes esperaban que la bancada de Morena en el Senado de la República actuara de manera facciosa, tal como lo hacían los partidos dominantes del viejo régimen, sin escuchar siquiera la postura de la oposición ni leer el contenido de las iniciativas, y aprobando sin debate reformas que afectaron a todo México, votándolas por consigna.
Por el contrario, como coordinador de la bancada mayoritaria y presidente de la Junta de Coordinación Política, que por reglamento es el órgano colegiado que expresa la pluralidad de la Cámara Alta, me ha correspondido conducir los acuerdos e impulsar los debates para conseguir que las reformas necesarias para cimentar la Cuarta Transformación se aprueben por consenso.
Las reformas que representan un mayor reto de conciliación son, sin duda, las constitucionales, ya que doctrinalmente se considera que nuestra Carta Magna es rígida, es decir, existe un procedimiento especial para su modificación, que hace necesaria la aprobación por mayoría calificada: con el apoyo de dos terceras partes de las senadoras y los senadores presentes en la sesión.
Como ejemplo de éxito tenemos la reforma a los artículos 3, 31 y 73 constitucionales, que dio marcha atrás a la mal llamada reforma educativa aprobada en el sexenio anterior, y recobró los principios de la educación pública y gratuita, la cual fue respaldada por 97 votos a favor, tuvo 20 en contra y hubo tres abstenciones.
Este factor se debe tomar en cuenta, ya que en algunos temas existe mayor oposición al cambio que en otros. La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica no tuvo tanto respaldo para su aprobación, ya que obtuvo 68 votos a favor y 58 en contra; además, fue judicializada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde se suspendieron sus efectos, tras aceptarse el recurso en contra.
Considerando que esa institución es el máximo tribunal de control constitucional, se hizo necesario perfilar una reforma en la materia a la Carta Fundamental, para evitar resistencias.
Ante ello, y para seguir avanzando en la transformación de la política energética, con el objetivo de eliminar privilegios y rescatar a la Comisión Federal de Electricidad del abandono del cual fue víctima para ser desmantelada poco a poco, en la Cámara de Diputados comenzó un Parlamento abierto al que fueron invitadas personalidades de los sectores involucrados, con el fin de ampliar un debate a nivel nacional que logre generar acuerdos para una eventual aprobación en ambas cámaras, así como en la mitad más uno de los Congresos locales, que es otro requisito para modificar la Constitución.
Entre otros pendientes legislativos de orden constitucional, se encuentran las siguientes reformas: la electoral, que pretende incluir la austeridad en el funcionamiento de nuestra democracia, el voto electrónico y garantizar la neutralidad; una, para crear el Sistema Nacional de Cuidados; otra, para incorporar a la Guardia Nacional en la estructura administrativa de la Secretaría de la Defensa Nacional, y una más, para crear mecanismos de rendición de cuentas para los organismos autónomos. Todas serán discutidas a partir del inicio del próximo periodo ordinario de sesiones, el cual comienza el 1 de febrero.
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