NUEVA YORK. Las ganancias de Best Buy, la mayor cadena de tiendas de artículos electrónicos de Estados Unidos, cayeron 91% entre mayo y julio de este año, comparadas con el mismo periodo de 2011.

 

Durante el trimestre reportó ganancias de 12 millones de dólares, comparadas con los 128 millones que obtuvo un año antes. Los analistas dijeron que esto fue consecuencia de los 91 millones de dólares que gastó la empresa en la restructura de su negocio, en el cierre de tiendas, principalmente. Además, recordaron que la empresa no ha podido corregir su rumbo, y los nuevos productos, como teléfonos celulares y tablets, no dejan mucho margen de ganancia, a pesar de venderse muy bien.

 

Estas malas noticias se suman a las que ha venido dando la firma desde hace meses. El declive parecía haber tocado fondo este lunes, cuando la cadena nombró al hasta ahora director ejecutivo de la firma hotelera Carlson, Hubert Joly, como su nuevo presidente y director general, con el objetivo de que lidere su proceso de restructuración.

 

“La profunda y diversa experiencia de Hubert en transformar compañías es exactamente lo que necesita la empresa en este momento”, dijo al anunciar ese nombramiento el presidente del consejo de administración de Best Buy, Hatim Tyabji, en un comunicado.

 

Los analistas consideraron esta noticia como muy mala, porque desconfían de la experiencia que puede tener Hubert en el manejo de este tipo de negocios.

 

Joly, nacido en Francia, relevará a principios de septiembre a Mike Mikan, quien fue designado CEO interino de la compañía en abril después de la atropellada salida de Brian Dunn, quien se vio obligado a renunciar a raíz de una “relación personal extremadamente cercana” con una subordinada.

 

“Estoy ansioso de trabajar con la dirección de la empresa y sus trabajadores para perseguir las grandes oportunidades de negocio de Best Buy, tanto por internet como en sus tiendas”, dijo el propio Joly, quien destacó los activos de la firma, que actualmente emplea a 167 mil personas en todo el mundo.

 

Todas estas noticias llegan en un momento delicado para Best Buy, después de que su fundador y accionista mayoritario, Richard Schulze, ofreciera a principios de mes comprar todas las acciones que todavía no posee de la empresa por entre 24 y 26 dólares cada una en efectivo, lo que valora la firma en unos ocho mil 500 millones de dólares.

 

La empresa respondió este domingo afirmando que no tiene información suficiente para tomar una decisión razonable respecto al interés mostrado por el señor Schulze, dada la naturaleza condicional de su propuesta y su falta de información sobre sus fuentes de financiamiento.

 

Best Buy añadió que el fundador de la empresa rechazó el ofrecimiento de la firma de que llevara a cabo un proceso de auditoría de venta, puesto que esto le habría obligado a esperar hasta enero para poder llevar su propuesta de compra directamente a los accionistas de la cadena.

 

Schulze, que fundó la empresa en 1996 originalmente bajo el nombre de Sound of Music, dimitió en junio pasado como presidente del consejo de administración y entonces anunció que exploraría “todas las opciones” en relación a su participación accionaria.

 

Las acciones de Best Buy sufrieron un duro golpe en la Bolsa de Nueva York, el lunes y el martes. Ayer cayeron 1.39% y se situaron en 17.91 dólares, su nivel más bajo en nueve años.