Héctor Zagal

Héctor Zagal

(Profesor Investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)

El 20 de febrero se celebra el Día Internacional del Gato. Les aviso desde ahora para que se preparen; ya ven que los gatos son las mascotas más exigentes. Aunque quizás ellos no se vean a sí mismos como mascotas. Algunos dicen que mientras los perros piensan “Mi amo debe ser un dios” después de que el dueño los alimenta, los saca a pasear, juega con ellos y los acaricia, los gatos, en cambio, piensan “Mi amo me trata muy bien; debo ser un dios”. Ustedes qué piensan.

Parece que los gatos nos han acompañado desde hace miles de años. Probablemente fueron domesticados en el antiguo Egipto, donde la abundancia de granos almacenados atraía a enormes cantidades de ratas y ratones. Pero donde hay ratón, hay gato. Después de que los gatos salvajes acabaran con los roedores, los egipcios advirtieron que eran el mejor control de plagas. Sabiendo esto, no es raro que los gatos reciban tanta devoción y favores de los seres humanos. En el antiguo Egipto fueron elevados a dioses. La diosa Bastet, diosa de la paz, la abundancia y la felicidad, estaba representada por una mujer con cabeza de gato. Y si se enojaba, se transformaba en Sejmet, la de la cabeza de leona. Dicen que los servicios de control de plagas que nos ofrecen han justificado su altanería y falta de sumisión. ¿Será que los gatos ven a los humanos no como amos sino como clientes? Michel de Montaigne (1533-1592), el gran ensayista francés, se pregunta “Quién sabe si, cuando con mi gata, no será ella la que juega conmigo, valiéndose de mí como su pasatiempo.”

En Mesoamérica no había gatos domésticos. Los felinos con los que convivían los pueblos mesoamericanos eran el jaguar y el puma. Pero tras la llegada de los colonizadores europeos a América, el gato se volvió parte del paisaje. Estos controladores de plagas servían para mantener a raya a los ratones que se colaran en las embarcaciones. Dicen que cuando sus peludas realezas desembarcaron, los nativos les llamaban para poder observar a tan curioso animal desde cerca. ¿Cómo les llamaban? Bueno, parece que intentaron de todo, pero el gato sólo respondió al sonido de “mishi, mishi”. La historia de este relato sitúa el lugar de encuentro en Perú, durante el Imperio Inca, donde tampoco había gatos domésticos. La palabra habría viajado hasta México y se adaptaría como “michi” entre quienes hablaban otomí, por ejemplo. Llamarle a los gatos “michis” no es una invención ‘millennial’, sino un retorno al primer encuentro con los gatos en nuestro continente.

Los gatos son tan encantadores que los celebramos tres días al año. La fecha del 20 de febrero recuerda a ‘Socks’, el famoso gato del ex presidente de los Estados Unidos Bill Clinton. Socks vivió muy bien en la Casa Blanca durante el mandato de Clinton (1993-2001) y solía colarse en actos públicos. Hay fotografías muy divertidas donde se le puede ver sentado en la silla del presidente en el Despacho Oval y en el podio en la sala de prensa de la Casa Blanca. Lamentablemente, a Socks le diagnosticaron cáncer y le aplicaron la eutanasia el 20 de febrero de 2009. Así, cada 20 de febrero se celebra la vida y compañía de los gatos.

La siguiente fecha para celebrar a los gatos es el 8 de agosto. La fecha fue elegida por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal porque alrededor de esta fecha los gatos en el hemisferio norte están más propensos a estar en celo. Para concluir el año, celebramos a los gatos el 29 de octubre. Este día, propuesto por Colleen Paige, una experta en gatos, busca generar conciencia sobre la cantidad de gatos abandonados en las calles y promover la adopción. Aunque este día se conoce como el Día Nacional del Gato en Estados Unidos, es decir, no cuenta como día mundial o internacional.

¿Les gustan los gatos?

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana