La explotación de litio por parte de una empresa estatal en México está destinada al fracaso, de acuerdo con representantes del sector y la experiencia del país con las paraestatales.
La intención del presidente Andrés Manuel López Obrador anunciada el 2 de febrero se topa con la mala experiencia de compañías estatales, la inexistencia de yacimientos en explotación y condiciones adversas.
“Tenemos tres proyectos de reforma constitucional que nos importan mucho: desde luego, la eléctrica para proteger a la Comisión Federal de Electricidad y para que el litio sea un mineral de la nación”, reiteró este lunes.
En México se tiene el antecedente de empresas del Estado que no prosperaron y sólo generaron pérdidas con cargo al erario público.
En 1979 se creó Uramex, organismo que monopolizó el uranio y el torio, pero desapareció por la falta de recursos y la inviabilidad del proyecto. Otro ejemplo fue Proquivemex, una empresa que se formó en el sexenio de Luis Echeverría para el barbasco, materia prima para la elaboración de hormonas esteroides, pero quebró a los pocos años.
Hubo empresas de participación estatal mayoritaria que tampoco lograron consolidarse. En 1988, como consecuencia de la quiebra de Aeronaves de México, surgió la aerolínea privada Aeroméxico, y dos años después se privatizó Mexicana de Aviación.
Luz y Fuerza del Centro fue extinguida en 2009 por el Gobierno de Felipe Calderón bajo el argumento de que no cumplió con los compromisos de productividad y eficiencia, mientras que empresas como Pemex y CFE han cargado con problemas financieros y de productividad.
Las empresas Diconsa y Liconsa están señaladas por presuntos actos de corrupción, razón por la que este año fueron destituidos funcionarios. Además, la Auditoría Superior de la Federación les halló irregularidades por casi 3 mil millones de pesos en el segundo año de Gobierno de López Obrador.
Registros oficiales sobre el litio no reflejan producción alguna debido a que los yacimientos conocidos están aún en etapa de exploración, según un reporte de Economía de 2021, donde agrega que en Baja California, San Luis Potosí-Zacatecas y Sonora se encuentran en etapa de exploración tres yacimientos.
La dependencia federal indica que actualmente está en construcción una planta de la empresa Bacanora Lithium en Sonora, cuya operación se espera para 2023. El año pasado la china Ganfeng adquirió el 50% de participación en el proyecto de extracción de Bacanora.
Minería, una industria cara
La minería es una industria costosa y de alto riesgo, pues implica grandes cantidades de dinero y tiempo que no siempre se traducen en resultados positivos.
Para fundamentar una empresa estatal de litio, primero se deben hacer trabajos de exploración a fin de localizar un yacimiento con suficiente calidad y cantidad del mineral, proceso que puede llevar hasta 12 años y millones de dólares, de acuerdo con el presidente del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, Armando Alatorre.
“Estamos hablando de una empresa para producir algo, sin tener ese algo, entonces, yo lo veo muy problemático, muy complicado”, dice.
En el país hay unas 57 manifestaciones de litio, sin embargo, no son equivalentes a proyectos de exploración, de acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano.
Un prospecto de exploración, en el que se encuentran concentraciones inusuales de litio en rocas, no significa que surgirá ahí un yacimiento, ya que tiene que pasar por un escrutinio técnico y económico, indica el presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, Sergio Almazán.
“Hay que recordar que de mil localidades que se estudian para buscar algún material en especial, 100 normalmente se convierten en proyectos y de esos, solamente uno pasa a producción, se convierte en mina”, explicó.
Ambos recomiendan que sean los empresarios los que arriesguen, mientras que el Estado sea el que se enfoque en sentar las bases para la regularización de la explotación y la recaudación de recursos.
En tanto, el investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, Gilles Pierre Levresse, apunta que la creación de una empresa estatal es muy atrevida, o un desconocimiento muy grande de lo que es la industria minera.
“En caso de aferrarse a la propuesta de la empresa estatal se debe de pensar en la creación de toda una cadena de valor, toda una industria, para obtener mayores ganancias, pues de lo contrario, la sola comercialización del metal como tal, sería un error”, considera.
El también investigador de la Facultad de Química de la UNAM, Carlos Antonio Rius Alonso, sostiene que sin estudios de prospectiva y de factibilidad, el proyecto del Gobierno estará condenado al fracaso, pues no habría sustento de la viabilidad de la empresa.
¿Para qué sirve el litio?
El ‘nuevo petróleo’ es un metal blanco-plateado, blando y ligero, cuyos usos están vinculados a la tecnologías de uso cotidiano, como telecomunicaciones y fabricación de teléfonos celulares, manufactura de baterías recargables para equipos electrónicos, así como baterías recargables para el sector automotriz, industria del vidrio y la cerámica, catalizador para fabricar caucho sintético y otros polímeros, en sistemas de aire acondicionado y deshumidificadores de aire, según el Conacyt.
Además, se ha desarrollado un gran mercado farmacológico, pues la incorporación de litio metálico y algunos compuestos se usan como catalizadores en la producción de analgésicos, agentes anticolesterol, antihistamínico, anticonceptivos, inductores del sueño, algunos tipos de esteroides, tranquilizantes, vitamina A y otros productos, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
LEG