José Ureña
 

Es, para toda estadística, la región más pobre del país.

Donde viven los de mayor marginación.

Y a ellos, esos oaxaqueños de la Costa, la Cañada, la Mixteca, el Istmo, las sierras Norte y Sur y los Valles Centrales, les toca otro golpe de las decisiones autocráticas.

Les han suspendido, como al país, el Programa Escuelas de Tiempo Completo mediante el cual 3.6 millones de niños recibían enseñanza, alimento y educación complementaria.

Pero en Oaxaca, punto de referencia para dar idea del impacto nacional, son mil 134 planteles cuyo futuro es indefinido y todo por ahorrar 400 millones de pesos al Gobierno federal.

Ese es el argumento dado por la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, quien tiene la vista puesta en la elección mexiquense de 2023 por encima de la niñez y su futuro.

Nada extraño en un Gobierno adverso a la docencia, a la investigación y a la ciencia, como documentan sus tratos a universidades -la UNAM por delante- y al CIDE.

REBELIÓN DE ESTADOS

La señora Delfina Gómez ha dado con piedra.

La mayoría de los gobiernos estatales estudia cómo mantener estos apoyos indispensables para quienes tenían en sus escuelas sus únicas nutriciones del saber y del comer.

Hasta Claudia Sheinbaum, fiel seguidora del discurso y de las decisiones presidenciales, se ha rebelado contra esta medida y promete gestionar apoyos para medio millar de planteles.

Los términos siguen bajo análisis con el Titular de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México, Luis Humberto Fernández, porque oficialmente ya no existe el Programa Escuelas de Tiempo Completo.

¿De qué se trataría?

Ejemplifica Fernández:

-No es tanto el programa, sino mantener los beneficios para los niños, como horario y alimentos. Pero entraña muchas cosas más. La jefa de Gobierno ha instaurado becas, se apoya a la infraestructura y todos los maestros tienen Office gratuito.

En Oaxaca, donde los recursos son menores, pero mayores las dimensiones sociales, económicas, educativas y políticas.

De entrada, ahí está la raíz de la CNTE, disidencia nacida en los 80 y apaciguada en tiempo reciente por tres directores del IEEPO: Moisés Robles, Germán Cervantes y Francisco Villarreal.

Años de esfuerzo y una paz sellada con tanto esfuerzo por la dupla Alejandro Murat-Francisco Villarreal pueden estropearse si los 85 mil maestros emprenden protestas.

Porque los 400 millones eran la partida más grande al estado y representaba también ingresos adicionales al magisterio por los horarios y las actividades complementarias.

PARECE QUE FUE AYER

Hace 28 años, frente al Monumento a la Revolución, Luis Donaldo Colosio prometió acabar “con todo vestigio de autoritarismo”.

Fustigó la concentración de poder -entonces en Carlos Salinas, hoy en López Obrador- y reformarlo para ceñirlo “estrictamente a sus límites constitucionales”.

Dijo también:

“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración de poder. Concentración que da lugar a decisiones equivocadas…”.

Semejanzas de ayer y hoy.

LEG

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