Julio Patán
El Presidente dijo que tenía información uf, solidísima, de que la marcha del 8M iba a ser poco menos que la invasión de los hunos: mujeres enfurecidas, violentas, presumiblemente divorciadas, que dejan a los viejitos en casa y, en vez de cuidarlos, se van a defender el conservadurismo “con marros, con sopletes, con bombas molotov”, contra las fuerzas del bien; contra la izquierda; contra el progresismo. Contra la Cuarta Transformación.
También dijo que eran “conservadoras” y “reaccionarias”. Días antes, su Gobierno suprimió las escuelas de tiempo completo, igual que antes suprimió las guarderías o los albergues para mujeres maltratadas. Es el mismo Presidente que defendió a Salmerón y Macedonio. El que no quiso hablar de feminicidios para hablar de la rifa del avión.
Martí Batres dejó ver que sí, que los servicios chairos de inteligencia confirmaban que la protesta iba a convertir a los hooligans ingleses en algo así como socialdemócratas suecos o pacíficos mariguanos de Woodstock. Que tenían identificados a “15 grupos generadores de violencia”. Afirmaciones con las que la titular de la administración para la que trabaja como secretario de Gobierno, Claudia Sheinbaum, coincidió, palabras más o menos. Luego, muy activo en Twitter, mostró una foto con los tubitos de humo de colores que usan las manifestantes. Y o le falló el inglés, o le falló el decoro, porque si bien se leía claramente “color smoke”, nos aseguró que se trataba de “cohetones”. Normal. Debe haber un reglamento que dice que para ser funcionario, hay que usar los términos “generadores de violencia” y “cohetones” (también, “objetivo prioritario”, “patrullajes” y “tres niveles de Gobierno”, pero ese es otro tema).
El Fisgón, claro que sí, desbloqueó un nuevo nivel de bajeza y de estupidez (son compatibles) con la caricatura en la que equiparaba a las manifestantes con los delincuentes del Atlas-Querétaro.
Luego, un montón de mujeres 100% 4T se fotografiaron con el Presidente, que sonreía en medio de todas, amo y señor, porque nos gobierna el macho alfa más feminista de la historia.
Al final, la manifestación fue pacífica, al punto de que se repartieron flores e incluso se cobijó a un hombre que decidió sumarse a la marcha –un hombre que perdió a su hija, desaparecida–, y todas esas funcionarias y todos esos funcionarios se pusieron en plan de “qué bonita y qué pacífica nos salió la jornada, ¿verdad?”.
Queda el recordatorio, por si un día sus hijos pequeños les preguntan qué significa “cinicazo”.
@juliopatan09