Francisco Diez Marina Palacios

La violencia registrada en el estadio La Corregidora generó un profundo sentimiento de indignación entre la población. Las imágenes fueron desgarradoras y prendieron las alarmas no solo de la prensa periodística, sino también de las autoridades internacionales en la materia. Si bien, hubo un saldo de heridos, la información oficial al momento en que se escriben las presentes líneas es que prácticamente todos los heridos se encuentran dados de alta, sin omitir que algunos pacientes presentarán consecuencias permanentes en su salud.

Las terribles imágenes del enfrentamiento entre los grupos de animación de los Gallos Blancos y del Atlas son reflejo del clima generalizado de violencia en nuestro país, que lamentablemente ha penetrado en el ámbito del deporte y en la forma en que socializamos con "el otro".

Destaco, con toda la responsabilidad que implica la redacción de esta opinión, que reconozco la sensibilidad, la autocrítica y el profesionalismo realizado por las autoridades locales y también por parte de los mandos deportivos al abordar un tema tan complejo y convulso, en donde, dicho sea de paso, es difícil generar percepciones positivas.

Sin embargo, la solidaridad, entrega y transparencia se constituyeron no como una herramienta de manejo de crisis, sino más bien como un instrumento de gestión gubernamental a la altura de grandes desafíos. Hablando desde y para la verdad, sin miedo a los motivos.

De igual manera, la Asamblea de Clubes de la Liga BBVA MX, encabezada por Mikel Arriola, y la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), presidida por Yon de Luisa, se reunieron en sesión extraordinaria para determinar una serie de disposiciones ejemplares, correctas y puntuales.

En lo que respecta a las medidas de control de la Liga MX, sobresalen: i) no se permitirá el ingreso de grupos de animación visitantes a cualquier estadio de la Liga MX; ii) a las personas que sean encontradas culpables por los hechos violentos se les prohibirá de por vida el ingreso a cualquier estadio de futbol; y iii) el manejo de los grupos de animación dentro y fuera del estadio correrá a cargo de las autoridades estatales, municipales y/o públicas, por lo cual quedan prohibidos los operativos con elementos de seguridad privada.

Críticas sobre las medidas no se han hecho esperar; sin duda, criticar desde la barra de opinión genera discusión, propuesta pero no una visión perimetral que permita de manera proporcional y ponderada el derecho de asociación, reunión y a la seguridad; donde no solamente se privilegia lo económico, sino todos los factores indirectos que permiten la unión a través del entretenimiento.

En definitiva, este tipo de tragedias no pueden ocurrir nuevamente en un evento deportivo, donde se reúnen miles de familias y aficionados del balompié. Este fin de semana no se hicieron esperar las muestras de solidaridad y los llamados por la paz en los “clásicos nacionales” y otros encuentros.

Realmente destaco la actitud del Gobierno local al asumir una estrategia de comunicación sensible y solidaria. También el papel de las autoridades deportivas que, sin buscar el protagonismo que el encoro les demandaba, supieron ponderar. De eso se trata presidir, liderar y gobernar.

Y si. ¡El futbol nos une a todos!

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

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