La mayor parte de los ciudadanos mexicanos desconoce a sus legisladores, al partido político que pertenecen, desconfía de ellos como sus representantes populares, y aunque consideran que trabajan poco y ganan mucho, responden con un rotundo “No” cuando se les pregunta sí les gustaría ser diputado o senador.
A unos días de que se instale la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, y en pleno proceso de registro y credencialización de los nuevos integrantes, una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), reveló que la tercera parte de los 800 ciudadanos consultados preferiría recurrir a los medios de comunicación si tratara de impulsar una ley en beneficio de los mexicanos, porque los legisladores únicamente buscan su beneficio personal.
A la pregunta ¿A quién se acercaría en busca de una ley que beneficie a los mexicanos?, 30.5 por ciento respondió que a los medios de comunicación, 12.6 al gobernador, 10.6 al presidente municipal, 9.2 al diputado, 7.2 al movimiento #YoSoy132.
El porcentaje disminuye a 7.4 en el caso del líder social, 6.5 en el del senador y 6.7 para otros actores sociales.
Para el imaginario del universo representativo en el país, consultado vía telefónica, hay similitud de estos políticos con los compañeros de escuela, de manera que para 33 por ciento son equiparables con el estudiante aplicado, para igual porcentaje con el chismoso, 16 por ciento lo ubica con quien copiaba en los exámenes y 10 por ciento lo clasifica con el divertido.
Además, seis de cada 10 encuestados desconoce a qué fuerza política pertenece el senador que lo representa, y cinco de cada decena el partido en que milita su diputado.
Las opiniones sobre el trabajo de los legisladores varían, 34.1 por ciento opina que diputados y senadores sólo buscan su beneficio personal, 29.1 que no son trabajadores pues hacen poco y cobran mucho, y apenas 16.8 y 13.7 por ciento los considera representantes del pueblo o servidores públicos. El resto, prefirió no omitir comentarios.
Esta visión se refuerza cuando 80 de cada cien entrevistados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, coincidieron en que no saben el nombre de su diputado o senador. Del representante en la Cámara alta 62.1 por ciento mencionó que desconoce a qué partido pertenece y 51 por ciento no tiene idea en cuál milita su diputado.
La encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica planteó la pregunta: ¿le gustaría ser diputado o senador? con una respuesta categórica negativa de 72.4 por ciento, sólo 25.5 por ciento dijo que sí buscaría el cargo y el resto guardó silencio.
La LXII Legislatura del Congreso de la Unión, que inicia sus actividades a partir del próximo1 de septiembre, estará integrada por 500 diputados y 128 senadores, electos mediante sufragio popular directo y secreto en las pasadas elecciones del 1 de julio.
La Cámara de Diputaos estará conformada por siete fracciones parlamentarias, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contará con 207 legisladores, el Partido Acción Nacional (PAN) con 114, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con 100.
Como cuarta fuerza política el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) tendrá 34 diputados, el Partido del Trabajo (PT) 19, Movimiento Ciudadano 16 y Nueva Alianza 10.
En el Senado de la República los legisladores del PRI ocuparán 52 escaños, del PAN 38, del PRD 22, del PVEM nueve, del PT cuatro, Movimiento Ciudadano dos y uno de Nueva Alianza.
En el ámbito del Poder Legislativo, entre los ciudadanos encuestados por GCE hay a quienes sí les gustaría llegar a la Cámara de Diputados o a la de Senadores, 62.1 por ciento mencionó que lo haría para crear leyes y servir a México, 12.7 porque no se trabaja y se gana bien, 11.3 porque les pagan buenos sueldos y prestaciones, 1.8 por ciento porque tendría poder e influencias.
A quienes menos atrae el ser legislador a es la gente mayor (73 por ciento), y a quienes más les entusiasma son personas de 25 a 29 años (31 por ciento). A pesar de que se aplica la equidad de género en este escenario, las mujeres son más repelentes a este tipo de cargos (75 por ciento), sin que los hombres queden muy atrás (69 por ciento).
Y para blindarse de ser representante popular la gente enlistó las siguientes razones: 36.2 por ciento porque no le interesa la política, 27.6 por ciento aseguró que los políticos son corruptos, 11.1 dijo que le daría vergüenza, 4.6 consideró que es riesgoso, 2.1 afirmó que es aburrido. El resto mencionó otras razones o simplemente no contestó.
Los legisladores llevan a cabo su quehacer legislativo en dos periodos de sesiones. El primero arranca el 1 de septiembre y concluye el 15 de diciembre, donde uno de los principales temas a aprobar es el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el siguiente año. El segundo periodo inicia el 1 de febrero y termina el 30 de abril. En ambos periodos los legisladores trabajan los martes y jueves de cada semana.