Monetizar la prestación de “Escuelas de Tiempo Completo’’ es un engaño que no reemplazará ni las horas extras de clases ni el servicio de comedor que beneficiaba a miles de niños.

Si no lo cree, pregúntele a cualquier empleado bancario con más de 20 años de servicio.

Cuando comenzó la privatización de la banca, los nuevos dueños de las instituciones financieras consideraron que los contratos colectivos de trabajo que habían adquirido eran muy caros.

En ese entonces, ser empleado bancario era garantía de un buen salario reforzado por prestaciones envidiables como el servicio médico privado gratuito, desde una consulta hasta una cirugía mayor, créditos para casa y autos con tasas preferenciales, vales de despensa y otros beneficios.

Los banqueros convencieron a la dirigencia de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib) para que aceptara la monetización de las prestaciones, es decir, el pago en efectivo de la proporción que en el salario le representaba el servicio médico privado, los créditos para casa y vivienda, los vales de despensa.

El espejismo fue que, sumados los porcentajes de esas prestaciones, el salario se duplicó; así que no hubo mayores protestas.

Estas ocurrieron cuando los empleados de los bancos tuvieron que pagar de su bolsillo consultas privadas, cirugías mayores -para las que se endeudaron-, y contratar créditos a las tasas comerciales, los que tenían recursos para hacerlo.

Los líderes sindicales de entonces y los trabajadores no entendieron que el dinero en efectivo que recibían cada quincena se iba devaluando, contrario a lo que ocurría con las prestaciones, que siempre se mantenían a valor constante sin que a ellos les costara.

Eso pasará con la monetización del programa “Escuelas de Tiempo Completo’’.

El Gobierno federal ha dicho, solo para calmar las protestas, que el dinero les será entregado directamente a los padres de los niños beneficiados, pero en este momento no existe ni siquiera un borrador de dicho plan, porque no se contemplaron recursos en el presupuesto.

Pero aún si hubiera presupuesto y los padres aceptaran el dinero en lugar de la prestación, van a perder porque no se cuantifican las cuatro horas extras de clases ni se puede calcular exactamente el costo de los alimentos que recibían los niños.

¿Cómo hará el Gobierno para monetizar las clases? ¿En cuánto valorará la hora de clase? ¿En cuánto la comida completa para cada niño? ¿Las familias que tenían cuatro o cinco niños en el programa recibirán cinco cheques mensuales?

Desde el punto que se vea, la monetización de este programa va contra el desarrollo social que dizque le importa tanto al Gobierno.

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En el Senado el cabildeo para ocupar unas de las plazas vacantes en el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) está a todo lo que da.

En el PAN -al parecer con el apoyo del PRI-, cabildean a favor de Yadira Alarcón, actual secretaria técnica del INAI, que había sido propuesta por el presidente Enrique Peña en el 2017 para ser magistrada anticorrupción.

Sin embargo, Morena no la dejó pasar en el 2019, por considerarla “no idónea’’ para el cargo.
Alarcón es especialista en temas jurídicos, pero no de transparencia; fue diputada federal del PAN y en el 2007 fue secretaria técnica del mismo partido en los trabajos de la reforma del Estado.

¿Esta vez si la dejará pasar Morena?

LEG