Anabel Hernández
Foto: Cuartoscuro / archivo / Hoy en día, el periodismo es una de las profesiones más difíciles de ejercer, pero Anabel Hernández se ha mantenido con sus principios intactos  

Los señores del narco, El traidor, La verdadera noche de Iguala y el último Emma y las otras señoras del narco que ha causado revuelo hasta en el mundo del espectáculo especialmente, son algunos de los libros que la han llevado a Anabel Hernández a adentrarse en un mundo del cual se ha convertido en un personaje paralelo de estas historias.

La periodista asegura que “de una u otra manera, de forma muy contradictoria que yo todavía no comprendo muy bien en qué consiste este fenómeno, hay personas del crímen organizado que quieren hablar conmigo, contar sus historias, romper el silencio, con diferentes propósitos; pero muchas de estas personas es con el propósito de, pienso, mea culpa, un poco de limpiar la conciencia con diferentes propósitos”.

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En entrevista con 24 HORAS, Hernández aseguró que ha entendido que se acercan a ella porque todos estos grandes capos del narcotráfico en México están pendientes de lo que publica, saben que lo que está diciendo es cierto y que entenderá su historia.

“Realmente cada vez es más frecuente, a veces me asusta, siempre trato de mantenerme alerta y saber por qué lo hacen, cuál es su propósito, pero en especial estoy atenta a cuál es mi propósito para hablar con ellos; si yo los llevo hacia mi propósito logro mi objetivo y no el de ellos”, añade.

Así, dice, es como fue en cierta forma su relación con Emma Coronel, de quien supo de su existencia en 2007, prácticamente unas semanas después de que se había casado con El Chapo, que un informantele había señalado e incluso, durante años intentó hacer contacto con ella a través de abogados y familiares de narcos, pero todos le decían que ellas no tienen permiso para hablar y en especial, con los periodistas.

“Fue hasta 2016 cuando Joaquín Chapo Guzmán Loera es detenido, que ella decide darme una entrevista, romper el silencio, la regla no escrita, donde una de las primeras damas del narco me elige a pesar de que en ese momento yo era freelance, para contarme su historia de princesas”, argumenta.

Fue después de esa entrevista que Anabel y Emma continúan en comunicación a través de whatsapp en días previos al inicio del juicio de su esposo en 2018.

Hoy en día, el periodismo es una de las profesiones más difíciles de ejercer, pero Anabel Hernández se ha mantenido con sus principios intactos a pesar de que tiene que convivir con ese mundo.

“La verdad es que mi fórmula, que no solo es profesional, siempre me sorprendo cuando escucho una historia dramática, me atrapa, quiero saber más, hago empatía con la persona y quiero saber, así que mi capacidad de sorpresa me ayuda a no ser una cínica a no ser cómplice a no minimizar las historias a no mimetizarme, sino al contrario, mantengo mi capacidad por sentir repulsión por las cosas que un ser humano es capaz de ejecutar, lo que me permite ser humana, pero a la vez rígida en el sentido de que si quiere contarme su historia lo escucho, pero si quiere que sea su cómplice, no lo haré”, sostiene.

PRISIONERA DE SU DESTINO

Años de investigación le han dado las armas para señalar que la corrupción en México y América Latina a excepción de Uruguay, hay un ADN o genética corrupta, estados poco democráticos, instituciones muy débiles, altos índices de impunidad. “La corrupción es inherente a cada ser humano”.

Y es gracias a esos sistemas que funcionan en cierta forma gracias a un estado de derecho, que en algunos países, no se ven estos niveles de masacre, violencia, muerte, feminicidios.

“En México no sé si nos hemos vuelto cínicos, si vemos todo esto normal, pero los niveles de corrupción o impunidad son indecibles; la gente se escandaliza por lo que pasa en Ucrania pero aquí vivimos en una guerra desde hace 20 años y nadie dice nada”, dijo.

Hernández está trabajando en un tomo 2 de Las señoras del narco con historias surgidas luego de una “provocación” lanzada durante la presentación de su última obra en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, lo que marcaría un hecho sin precedentes ya que nunca desde 2005 ha hecho una nueva historia sobre este tema.

Al ser cuestionada si se imaginó ser parte de todas estas historias del narco, ya que sin quererlo, Anabel es un personaje alterno dentro de este mundo ya que tiene información que no tienen o aseguran no tener los altos funcionarios.

“Nunca me imaginé serlo y me costó muchísimo entender que mi vida, el trabajo que hago, se ha convertido en una historia paralela al narco pero lo hago con mucha responsabilidad, humildad, equilibrio lo que significa esto y tratar de hacer el mejor papel posible porque al final de cuentas, este personaje alterno en el que se ha convertido Anabel Herández, de estar constantemente en esa cloaca, conociendo en tiempo muy real tantos hechos de corrección, al final, no sé por qué estoy ahí, pero finalmente soy los ojos de la sociedad de una u otra manera porque no son historias que me guardo para mi, así que me convierto en un testigo y gracias a esto puedo hablar con estas personas y contar las historias sin filtros, sin matices, sin guardar información, sin autocensurarme”.

–¿Es vida?

–Muchas veces no. En los últimos meses he escuchado historias escalofriantes, muy tristes y cuando hago este tipo de entrevistas me toma semanas recuperarme porque no soy de piedra. Conforme han pasado los años mi vida se ha modificado, restringido, en cierto modo me convierto en una prisionera, no soy libre, vivo en una jaula, un poco también como estas mujeres aunque la de ellas es de oro”, finalizó Anabel Hernández.

LEG