El pasado martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió el informe de los primeros 100 días de su cuarto año de Gobierno, en el que dio cuenta a la población sobre los más importantes avances que se han conseguido a poco más de la mitad de su mandato, entre los cuales vale la pena resaltar aquellos en materia económica y energética. Pero, además, aprovechó para renovar el llamado a la definición política en estos tiempos cruciales para el futuro de México, en los que se discute la reforma constitucional para que la nación recupere el control sobre la industria eléctrica, a fin de anteponer el bienestar popular a los intereses particulares.
En el ramo económico se destacó la cifra histórica de 21 millones de trabajadoras y trabajadores inscritos en el Seguro Social; el incremento del 71 por ciento al salario mínimo desde el inicio de la actual administración; el mantenimiento de la inflación por debajo de la de Estados Unidos; la revaluación, del 2 por ciento, del peso frente al dólar (en contraste con la tendencia a su devaluación en los pasados gobiernos), y el constante aumento de las remesas, que en el primer trimestre de este año se han acrecentado en un 18 por ciento, en comparación con el mismo periodo de 2021.
Entre otros datos positivos, cabe destacar que el índice de la Bolsa Mexicana de Valores ha crecido un 31 por ciento en tres años y cuatro meses de gestión; que las reservas internacionales de Banxico han aumentado un 15.5 por ciento; que la inversión extranjera es la más alta de los últimos tiempos, y que, pese al aumento de la tasa de interés que recientemente anunció el Banco de México para llegar al 6.5 por ciento, es una cifra menor al 8 por ciento que regía en 2018.
En materia energética, es relevante que, tras 14 años de pérdidas en la capacidad de extracción de petróleo, ahora ésta va en aumento, al igual que el refinamiento, por lo que las importaciones de combustibles han bajado un 48 por ciento gracias a la rehabilitación de las refinerías y a la compra de la planta de Deer Park en Texas, EUA, con lo que se mantiene la esperanza de autosuficiencia energética para 2024, a la par que se reduce la producción de combustóleo, a fin de mitigar las emisiones contaminantes.
Pese a la invasión de Rusia a Ucrania, los precios del combustible y la electricidad se han mantenido estables en nuestro país, conteniendo la inflación por energéticos en un 0.6 por ciento, cifra mucho menor al 2.5 por ciento que reporta Estados Unidos; sin embargo, la nueva política energética exige que la transformación se profundice, por lo que el Congreso discute una reforma constitucional que revertirá las condiciones inequitativas contra la CFE, creadas por las reformas estructurales del viejo régimen y diseñadas desde el exterior.
Si consideramos que no hay opositor u opositora que no se beneficie de los buenos resultados de la 4T, podremos darnos cuenta de que existen condiciones para que todas las fuerzas políticas se coloquen junto al pueblo como sus legítimas representantes en estos momentos de definición, y no como voceras de intereses privados, nacionales o extranjeros.
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