Fotos: EFE

 

Cerca de 40 mil personas procedentes de todo el mundo libraron hoy en Buñol, al este de España, la célebre batalla de la Tomatina, la fiesta popular convertida este año en un acto de catarsis colectiva para olvidar los efectos de la crisis a golpe de tomate.

 

Esta guerra a tomatazos que se inició hace 67 años como un juego de jóvenes del pueblo con cita cada vez una mayor atención en todo el mundo.

 

Los preparativos de este ritual, que se celebra el último miércoles de agosto, comenzaron ayer al atardecer con un maratón de fiestas, bailes y conciertos prolongado hasta el alba por los contendientes