–¿Están seguros de que no me puedes remplazar, Marcelo? Acuérdense de lo contento que se quedaba ‘Trun’ cada que te mandábamos a negociar.
–Con todo respeto, señor Presidente, pidieron expresamente que la reunión fuera con usted.
–Es que ese día tengo que estar en Badiraguato.
–Si me permite, señor, tal vez no sea muy buena idea hablarles de Badiraguato. Esa puede ser una de las cosas que los tienen tensos.
–¿Por qué? El narco se ha portado muy bien. Bueno, me voy a Nayarit.
–¿Qué hablamos de ir tanto a Nayarit, Andrés? Además, el viernes en la noche hay lectura de poesía con Marx.
–¿Quién es Marx? En fin, hagamos la reunión. Que de perdida haya gorditas en lo de la poesía, ¿no? Y suadero: hace mucho que no como.
–¿Le parece si repasamos el protocolo, señor? Recordemos: el cargo del señor Biden es…
–Presidente. Ah, no, pero la presidenta era Kahlúa. No puede haber dos presidentes…
–Su nombre es Kamala, señor. Kamala Harris. En realidad, es vicepresidenta.
–Ah, entonces estoy bien: “presidente Biden”. Bueno, dígales a los americanos que no quiero hablar ni de migración, ni de la reforma energética, ni del crimen organizado, ni de los asesinatos de periodistas. Pero les tengo una propuesta: que patrocinen un programa que se llame Sembrando Paz. Nos mandan el dinero y nosotros se lo damos al crimen organizado, con la condición de que se comprometan a usarlo para cultivar el campo y abandonen las armas. Nosotros nos comprometemos a aportar 100 mil ejemplares de la Cartilla Moral.
–Lo que dice es brillante, señor. Aunque no estoy seguro de que los gringos quieran seguir su agenda.
–¡Esa es una actitud injerencista! Dígales que México ya no es colonia de nadie. Y que yo no soy como Noroña, que se dobla si lo amenazan con la visa. No, mejor no pongan “dobla”. Esa palabra me trae recuerdos dolorosos.
–Recuerde que luego vienen los problemas con los aranceles, Presidente. Y luego la DEA está muy inquieta. Además de que el Bodoq… De que su hijo vive en Houston. A propósito, sería un excelente relevo generacional en la presidencia de la República, y se lo dice alguien que aspira humildemente a la silla, algún día, cuando usted lo considere pertinente.
–Es imposible hablar con los americanos. ¿A Biden le gusta el beis?
–No que sepamos, Presidente, pero se lo averiguo.
–Bueno, anótenme que tengo que contar lo de Porfirio Díaz y pobre México, tan lejos de Dios… A la presidenta Caborca le encantó.
@juliopatan09