Combatir la dependencia europea del gas de Rusia comenzó a pasar de las palabras a los hechos. Polonia y los países bálticos inauguraron ayer un nuevo gasoducto destinado a integrar los mercados en esta región del noreste de la Unión Europea.
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El GIPL (Gas Interconnection Poland-Lithuania, ndlr) de 508 kilómetros de largo, (165 en Lituania y 343 en Polonia), podrá transportar en ambas direcciones 2 mil millones de metros cúbicos de gas y, gracias a las redes ya existentes, comunicar también con Letonia, Estonia y Finlandia, todos ellos de los países más dependientes del recurso de la nación de Vladímir Putin.
A finales de abril, el gigante ruso Gazprom suspendió todos los suministros de gas hacia Polonia y Bulgaria, esgrimiendo la amenaza de una penuria en Europa central y oriental, pero también en todo el continente europeo.
“Hoy consagramos nuestra independencia energética”, celebró el presidente lituano, Gitanas Nauseda, en una ceremonia organizada cerca de Vilna, la capital.
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El lanzamiento de esta infraestructura evitará que Rusia chantajee a sus países vecinos, dijo por su parte el presidente polaco, Andrzej Duda: la interconexión entre los sistemas de transmisión de gas natural de Polonia y Lituania, así como los de los otros dos estados bálticos, Letonia y Estonia, fue una respuesta a otro intento de chantaje por parte de Rusia, relacionado con el suministro de gas”.
Y agregó que el proyecto representa una alternativa para entregas desde mercados distintos. En 2020, según Eurostat, 93% de las importaciones estonias de gas natural, 100% de las letonas y 41% de las lituanas provenían de Rusia.
Los tres países bálticos, Lituania, Letonia y Estonia, anunciaron a inicios de abril haber cesado de importar gas ruso, contando en este momento sobre sus reservas almacenadas.
Polonia, que utiliza hasta 21 mil millones de metros cúbicos de gas por año, se declaró dispuesta a afrontar incluso el corte total del suministro.
El gasoducto GIPL, cuyo costo fue de 500 millones de euros, una gran parte de los cuales cubierto por la Unión Europea, también asegura una de las fuentes de gas alternativas para Polonia.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
CIFRAS
40%
del gas que importa la UE es de Rusia
78%
era la dependencia de Polonia del gas
Las evacuaciones, contradictorias…
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció el jueves el envío de un nuevo convoy para rescatar a los civiles de la siderúrgica Azovstal, el último bastión la resistencia ucraniana en la ciudad portuaria de Mariúpol, pese a que Ucrania acusa a Rusia de no haber respetado una tregua unilateral que había prometido para facilitar esta segunda brecha para la evacuación de civiles.
“Hay un convoy en camino hacia Mariúpol para llegar mañana en la mañana (hoy, 6 de mayo) con la esperanza de poder sacar a quienes siguen en ese sombrío infierno…”, declaró el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, en una conferencia sobre Ucrania en Varsovia.
Mientras tanto, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que el ejército del Kremlin estaba respetando el alto el fuego, que según el anuncio oficial debería durar tres días.
Sin embargo, un alto consejero de la presidencia ucraniana, Olexiy Arestovich, indicó que los rusos que entraron en el complejo fueron repelidos. Y después, el subcomandante del Batallón Azov, Sviatoslav Palamar, dio parte en un video de “sangrientos combates” y acusó a las tropas rusas de violar su promesa de tregua.
LEG