Moscú. El Comité de Instrucción (CI) ruso informó hoy del asesinato de dos mujeres en la ciudad de Kazán, cuyo autor pudo presuntamente escribir la frase “Free Pussy Riot” con la sangre de las víctimas, en el muro de la vivienda donde perpetró el crimen.
“En la pared de la vivienda, en el lugar del crimen, se halló una inscripción realizada presuntamente con sangre que decía ‘Free Pussy Riot'”, señala un comunicado publicado en la página web del CI.
Las víctimas, una jubilada de 76 años y su hija de 38, vivían juntas, explicaron las autoridades.
“Según datos preliminares, el asesinato fue perpetrado entre 24 y 26 de agosto y las mujeres fallecieron a causa de numerosas puñaladas”, agrega el CI.
Nikolái Pólozov, abogado de una de las integrantes del grupo punk “Pussy Riot” condenadas a dos años de prisión por “vandalismoo motivado por odio religioso”, calificó de “ruin y sucia provocación” lo sucedido en Kazán y manifestó su esperanza de que la policía encuentre pronto al culpable o culpables del asesinato.
“Lamento que unos degenerados usen de esta manera el nombre del grupo ‘Pussy Riot’. No hay duda de que se trata de una provocación”, dijo Pólozov a la agencia Interfax.
Tres integrantes del grupo, Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, encarceladas desde marzo, escenificaron una plegaria punk, en el templo de Cristo Redentor de Moscú, contra el actual presidente ruso y entonces candidato, Vladímir Putin, y la cúpula de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Las tres, detenidas días después de su provocadora actuación en el principal templo de los ortodoxos rusos, no se reconocieron culpables en el juicio e insistieron en calificar su acción como una “expresión política de forma artística”, tras lo cual escucharon la sentencia con serenidad e incluso sonrisas.
Las “Pussy Riot” se dieron a conocer el 21 de febrero, cuando cinco de sus integrantes irrumpieron encapuchadas en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor.
Una vez allí, las mujeres se desprendieron de varias prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
“Madre de Dios, echa a Putin”, decía la canción cuyo vídeo fue difundido en internet y en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia y no en Dios.