El buen servicio y el abasto de medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debería ser una costumbre y no así las marchas para exigir cumpla con su obligación.

Una vez más los mineros denunciamos un pésimo servicio, la escasez de medicamentos y la falta de intervenciones quirúrgicas. Llegamos, como hace un año, a las oficinas delegacionales del IMSS Zacatecas; cientos de mineros acompañados de nuestras familias tomamos las calles, acudimos a exigir nuestro derecho y es que si no lo hacemos nosotros, ¿quién?

Lo he dicho no una sino en muchas ocasiones, el Seguro Social atraviesa su peor momento, presumen un supuesto superávit de ingresos y de qué sirve semejante presunción cuando los mexicanos mueren en sus pasillos o en sus sillas, en espera de una cama y de atención médica.

¿En verdad se sienten orgullosos del servicio que otorgan? Díganme, ¿quién de los funcionarios del IMSS de esta administración atiende a su familia en una de sus clínicas? ¿Quién se forma a rogar por medicamentos? ¿Quién se enfrenta a la apatía y falta de humanismo de sus delegados? ¿Quién de ellos espera meses para una cita de especialidad o una operación? Ninguno, el mal servicio es exclusivamente para los trabajadores.

Las cuotas obrero patronales siguen entrando a la maquinita del IMSS, ahí no hay escasez, no hay prórroga, no hay el típico “regrese en dos semanas a ver si ya la tenemos”. Ante la situación del IMSS, las farmacias de las esquinas se han convertido en nuestros consultorios de confianza, gastamos doblemente en intentar tener un servicio de salud.

Como si no fuera suficiente burla, hace unos días el director del IMSS, Zoé Robledo, anunció que la liga estiraría más y que ahora el fallido Instituto afiliaría a los guatemaltecos, sí, empleados temporales de una empresa en Chiapas, la gran hazaña dijo, seria afiliar a 25 mil trabajadores.

Si no cumplen con el mínimo servicio para los mexicanos, con qué cara quieren ampliar la base de beneficiarios a Guatemala, sean serios señores. Y aclaro, no es xenofobia, sino sentido común, responsabilidad y tantita vergüenza.

En Zacatecas, hace un año nos prometieron medicamentos, regularización de cirugías, consultas para todos, el gusto duró quizá unas semanas, después todo volvió a la normalidad a un pésimo servicio y no, no solo se trata de una entidad, sino todo el país está igual.

Este Gobierno no se da cuenta de que se la vive apaleando a los obreros, o no sé, si ese es el objetivo. Hoy los mineros enfrentamos una lucha para intentar recuperar nuestro reparto de utilidades, ya que en algunos casos nos privaron de recibir 90% de éste, ingresos que sin duda son parte fundamental de nuestra economía familiar y, por encima de esto, debemos pagar por fuera el servicio de salud, comprar nuestros medicamentos, si a eso le sumamos la inflación, estamos y estaremos jodidos.

No necesitamos llenar estos párrafos de cifras, el Gobierno dirá que tienen otros datos, pero más allá de lo que digan, esta columna se sustenta en la voz de los trabajadores, en la angustia de las familias en esperan un medicamento o un tratamiento.

Esta exigencia no es nueva, en octubre de 2020, como legislador y desde tribuna, expresé el malestar de los trabajadores al director del IMSS, Zoé Robledo, en aquél entonces nos ocupaba el Covid-19, y la falta de atención a la población, hoy el caso es peor, ya que el mal servicio persiste ya sin una pandemia de por medio.

Año y medio después, el tema nos sigue ocupando, mínimo a mí. La salud de los mexicanos no debería ser motivo de marchas, de quejas y mucho menos de muerte.

 

@CarlosPavonC