La semana pasada falleció don Roberto González Barrera, esta columna está dedicada a su memoria y a recordar la gran labor humanitaria que desplegó durante toda su vida; desde que, como él contaba, se inició como empresario con su cajón de bolear zapatos en su Cerralvo natal, hasta la que desplegaba a través de las fundaciones GRUMA y BANORTE, o el Patronato para el Fomento Educativo y Asistencial de Cerralvo.

 

Lo mismo niños que jóvenes recibieron su apoyo para continuar con su educación, que adultos damnificados por algún desastre natural. Don Roberto siempre estuvo interesado en ayudar a los más necesitados, pues nunca olvidó su origen humilde. Descanse en paz….para leer completa la columna de Lola Obregón