México superó en mayo las más 100 mil personas desaparecidas en el país -desde 1964- de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, mientras que en lo que va del sexenio se han reportado más de 122 mil homicidios dolosos y 12 mil 897 asesinatos de mujeres entre 2018 y abril pasado, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
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En ese marco de violencia, no solo las madres se han convertido en buscadoras, los padres también salen a las calles con la esperanza de volver a ver a sus hijos o exigir justicia que les dé un poco de paz y tranquilidad, en medio del dolor.
‘Mirar que entra Esmeralda sería el mejor regalo’: José Luis Castillo
“Mirar entrar a mi niña por la puerta, que me hablara, que me dijera ‘qué Luisillo, ven a recogerme’ sería el mejor regalo del Día del Padre que podría tener, pero tengo confianza en Dios y fe en él de que lo vamos a lograr”, dice con voz entrecortada José Luis Castillo Carreón, quien se convirtió en buscador de su hija Esmeralda por todo el país desde hace 13 años.
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La adolescente, de 14 años, salió de su vivienda en Ciudad de Juárez, Chihuahua, el 19 de mayo de 2009, con rumbo a la secundaria, ya que ese día sus padres habían amanecido mal de salud y no la pudieron acompañar, pero nunca llegó y tampoco lo hizo a casa de su hermana, a donde se dirigiría cuando dejara el salón de clases.
Ese martes por la noche, la familia Castillo Rincón -él, su esposa Martha y sus otros dos hijos Perla Olivia y José Luis– comenzó un viacrucis anímico, de amenazas, de información falsa, económico, de hacer pesquisas -repartir volantes y colocar pendones- y de exigencia hacia las autoridades, el cual se ha prolongado por 13 años y que los llevó a formar parte de colectivos de búsqueda no solo en su ciudad natal, sino en el país y a nivel internacional.
En una entrevista con 24 HORAS, don José Luis afirma que en este peregrinar “el obstáculo más grande para encontrar a nuestros seres queridos, son las propias las autoridades” a lo que se sumó la pérdida de su empleo en el municipio, ya que tuvo que dejar el departamento de Control de Tráfico para cambiarlo por un puesto de hamburguesas en la puerta de su casa pues -dice- la prioridad de él y su familia es solo una: encontrar a Esmeralda.
ANTE LA FALTA DE RESPUESTAS…
Un año después de la desaparición de Esmeralda y al no recibir avances de parte de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, en 2010 es que deciden acudir a una primera marcha en Ciudad Juárez, luego de que varios colectivos los invitaron, con el objetivo de hacer visible la búsqueda de su hija.
Dos años más tarde y luego de varios avisos falsos sobre el paradero de la joven -quien ahora tendría 27 años- se trasladan a la Ciudad de México a plantarse afuera de Palacio Nacional con una manta gigante con el rostro de la joven.
Desde entonces José Luis y su familia forman parte del colectivo Padres, Madres y Familiares de Hijas Desaparecidas y del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, entre otros, además de colocar un memorial en Juárez, donde fue vista por última vez. “Ahora ya no nada más es la búsqueda de Esmeralda, ahora es apoyar a otras madres y padres de familia que tienen hijos desaparecidos, o que sufren violencia familiar”.
DE DIAMANTINA ROSA Y MORADA
A la par de su negocio de hamburguesas, el activismo es la otra lucha que da Castillo Carreón, quien desde hace 12 años deja el mandil en su puesto para colocarse un chaleco con la cara de Esmeralda y la leyenda “No me olviden, falto yo” y rocía con diamantina rosa y morada a las mujeres que participan en las movilizaciones del 8 de marzo y 25 de noviembre para exigir justicia por los feminicidios en el país.
Con 61 años, José Luis señala que lo único que tienen como resultado de las investigaciones es la presunción de un resto de tibia hallado en el arroyo El Navajo y que para obtener información debe firmar un papel en el que aceptan que la joven murió.
Sin embargo, afirma que seguirá con la búsqueda y con la exigencia a las autoridades que la encuentren.
CITA:
Estos días son tristes porque nos falta una parte de nuestro ser, pero por otro lado no podemos robarles la alegría y las ganas de festejar a mis otros hijos y nietos”
José Luis Castillo Carreón
Padre Esmeralda
LEG