Antes del desayuno de este jueves ya tendremos acceso al dato de la inflación del pasado mes de junio y con ello tendremos la confirmación de que la inflación general se mantiene alta y que por ahora no parece haber cerca un punto de inflexión.
Hay que poner especial atención a la inflación subyacente, porque esta medición del corazón de los precios permite marcar tendencias a más largo plazo.
No podemos medir la inflación solo con el precio del limón, por ejemplo, que en febrero costaba hasta 100 pesos el kilo y ayer lo encontré en el supermercado a 8 pesos el kilo.
Si hay productos que merecen atención especial por las evidencias de la participación del crimen organizado en la fijación de precios, como es el caso del limón o el aguacate. Pero esa es otra historia.
Pero para ver cómo se comporta la inflación hay que ver qué tan extendidos están los incrementos entre los diferentes productos y servicios disponibles.
Como somos un país que ha perdido a sus clases medias y ha aumentado la pobreza de forma tan acelerada en los últimos cuatro años, vale la pena ver los subíndices de los precios de los alimentos y la canasta básica para dimensionar la tragedia social que implica el hecho de que tengamos registros inflacionarios de dos dígitos en los productos de primera necesidad.
Así que este jueves tenemos el dato más esperado de la quincena, pero también tendremos acceso a la más reciente minuta de la reunión de política monetaria del Banco de México.
Lo que ya sabemos es que la tasa de interés tuvo el mayor incremento de un solo golpe desde que el banco central es autónomo y utiliza las tasas de interés de referencia como mecanismo de control monetario.
Sabemos que hasta los banqueros más precavidos optaron por la unanimidad en ese aumento de 75 puntos base a la tasa de interés interbancaria. Y sabemos que ya le subieron dos rayitas al discurso antiinflacionario.
Pero no conocemos detalles de cómo asumen la manera en que el Gobierno de López Obrador se queja de que suban tanto las tasas de interés y cómo van a mediar entre su trabajo, que debe ser intransigente con la inflación y la presión de un Presidente que se distingue por su injerencia en los organismos autónomos del país.
Las minutas del Banxico son extremadamente cuidadosas y políticamente correctas, pero muchos de los integrantes de la Junta de Gobierno dejan ver su huella en los argumentos anónimos del documento público.
Si la inflación del mes pasado no tiene alguna sorpresa desagradable, será hasta el 11 de agosto que se anuncie una nueva decisión de política monetaria, lo que daría tiempo de que mucho de lo que hoy vemos en los mercados, con las bajas de petróleo por el temor a una recesión, puedan ayudar un poco a bajar la presión inflacionaria durante este mes de julio.
Pero, por lo pronto, camino a las vacaciones de verano, los dos datos más importantes de lo que pasa con la inflación en México llegan justamente este jueves.
@campossuarez