Uber está de nuevo bajo los reflectores del mundo luego de que el fin de semana se revelara una investigación periodística que evidencia tácticas éticamente cuestionables y potencialmente ilegales que la firma de transporte privado usó para propulsar su expansión global hace casi una década.
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La indagatoria realizada entre docenas de medios reveló que representantes de la compañía sacaron provecho de la reacción a veces violenta del gremio de los taxis contra sus conductores para obtener respaldo y evadir a las autoridades regulatorias, conforme buscaba conquistar nuevos mercados.
Estos son los escándalos más conocidos de la empresa creada en 2010, antes de la publicación de la investigación periodística internacional basada en la filtración de documentos internos de la compañía.
¿Independientes o asalariados?
Desde el inicio, Uber ha estado en el punto de mira por sus prácticas laborales. La empresa estadounidense defiende con vigor el uso del estatuto de trabajador independiente, pero decisiones judiciales de varios países le obligaron a conceder el estatuto de empleado a sus colaboradores.
En 2021, la justicia británica puso fin a cinco años de juicios y dictaminó que Uber debía garantizar un salario mínimo y vacaciones remuneradas a sus conductores. Dos meses después, un acuerdo histórico permitió a los 70 mil conductores ser representados por un sindicato.
En 2019, California también consideró que los conductores de la compañía son asalariados. Pero en 2020, Uber lanzó una contraofensiva mediante la aprobación de un referéndum sobre el estatuto de independiente de los trabajadores. Sin embargo, un juez consideró que el referéndum era inconstitucional y Uber presentó un recurso.
Acoso
Acusado de tolerar una cultura sexista y violenta, en 2017 Uber abrió una investigación interna. Su cofundador Travis Kalanick se vio obligado a dimitir en junio tras los escándalos de discriminación sexual y laboral que estallaron en febrero de ese año.
Además, la empresa despidió a 20 trabajadores tras 215 denuncias por comportamientos inapropiados e intimidaciones por parte de empleados de todo el mundo.
En 2018, una antigua ingeniera presentó una queja en San Francisco después de que la empresa le negara un aumento salarial tras haber denunciado discriminaciones y casos de acoso sexual contra mujeres en la compañía. Al parecer, se echó para atrás en un acuerdo confidencial por el que Uber pagó 10 millones de dólares a varios empleados para evitar acciones legales.
Espionaje industrial
En 2017, la justicia estadounidense investigó sospechas de corrupción en el extranjero y sobre el uso de programas ilegales para espiar la competencia o escapar del control de autoridades.
Uber implementó una estrategia sofisticada para destruir, esconder, disimular y falsificar registros o documentos con la intención de impedir o interferir en las investigaciones del Gobierno, según la fiscalía estadounidense.
Hackeo de datos
En noviembre de 2017, Uber admitió que los datos de 57 millones de sus usuarios, clientes o conductores fueron hackeados. La empresa lo sabía desde noviembre de 2016, pero depositó 100 mil dólares a los “hackers” para guardar su silencio.
Con información de AFP
LEG