Estamos a menos de cuatro meses para las elecciones intermedias en los Estados Unidos en las que se estarán poniendo en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 34 escaños en el Senado, 36 gubernaturas y cuatro territorios.
Tiene un significado importante para el Presidente Joe Biden y el partido Demócrata, porque estará en juego la actividad económica, política y social de los últimos dos años de la administración del Presidente Biden y el control de las cámaras.
El control de las Cámaras significa que el Presidente Biden pueda reactivar su agenda económica, las decisiones de su política interna y externa, así como medidas sociales que ayude a beneficiar a la sociedad. De no tener el control, representaría la parálisis de otros dos años con el alto riesgo de un “hartazgo” de la sociedad, y en consecuencia, un resultado en favor del partido republicano para los siguientes cuatro años de mandato.
Por ello, se juegan “seis años” para los demócratas. El Presidente Joe Biden va contra reloj para mejorar su debilitada aprobación hasta el momento. En lo interno existe una presión de la sociedad por el parálisis de su agenda económica en el Congreso, especialmente en el Senado en donde el demócrata Munchin pareciera que está a favor de los republicanos. Le está frenando diversas medidas propuestas como los acuerdos de medicinas, la agenda económica hacia su programa, el Plan “Build Back Better” que tiene por objetivo potenciar la educación, los cuidados sociales, la lucha contra el cambio climático. Pretende ampliar los programas dirigidos a menores y ancianos y destinar 550 mil millones de dólares a la crisis del calentamiento global. Se resiste a aprobar el Programa de Janet Yellen sobre el impuesto mínimo global del 15% para empresas trasnacionales y que ya ha sido aprobado por 130 países. Además, la sociedad le está “facturando” el problema de la inflación a la administración de Biden, por lo que tienen que acelerar medidas que permitan contener el aumento en la inflación y destrabar estas medidas que permitan retomar la agenda económica y dar un voto de confianza al congreso.
Se vive la quinta “ola COVID” y se necesitarán los nuevos refuerzos de vacunas hacia el final de año, esperando no haya problema. Además, existe un problema por la prohibición del aborto.
Los estados del sur y republicanos principalmente, presionan al Presidente Joe Biden por el tema de migración y narcotráfico en la que México, su país vecino en el sur, pone en riesgo la “seguridad nacional” y no toma medidas “públicas” más enérgicas, además de no respetar áreas del T-MEC como la energética.
En lo que respecta a política exterior, destaca el estatus actual de la invasión de Rusia en Ucrania. Las sanciones económicas impuestas a Rusia no han tenido el efecto esperado debido a que Rusia tiene el apoyo de China y en algunas cosas de la India. La presión ejercida por parte de la OTAN no ha tenido el impacto esperado y, en contraparte, el gobierno americano ha destinado miles de millones de dólares para la defensa de Ucrania y aún falta para su reconstrucción. Solamente recordar que su nivel de aprobación cayó a raíz de su salida de Afganistán de forma acelerada.
De acuerdo a Real Clear Politics, Joe Biden tiene un nivel de aprobación del 38.6% vs 55.6% que lo desaprueba; el congreso, del 19% vs 71.7%. El tiempo juega en contra.
@1ahuerta