La oposición cada día está peor. Los mexicanos que odian y detestan al presidente López Obrador, y sienten repulsión, inquina, encono, antipatía y aversión por la Cuarta Transformación de la Vida Pública del País sencillamente, no tienen representación electoral.
Me explico con algunos ejemplos: si hoy fueran las elecciones en Tabasco, Morena arrasaría con 63.2 por ciento de los votos, el PRI obtendría 5.5% y Acción Nacional únicamente 3.9%
En Yucatán (donde también se celebrarán elecciones en 2024) también ganaría el partido en el poder federal. Según el pronóstico de Massive Caller así arrancó el proceso: Morena (38.4%) y Acción Nacional (35%).
En Jalisco sucede algo similar: Morena se llevaría el triunfo con 39.4% y Movimiento Ciudadano quedaría en segundo lugar con 31.1% de los sufragios.
En Guanajuato aún arranca la contienda con ventaja azul (48.1%), pero Morena ya tiene 37.8% de la intención de voto. Inclusive el productor de televisión Epigmenio Ibarra, muy cercano al titular del Ejecutivo, tiene muy nervioso al Bajío, después de su predicción de que la 4T le arrebatará el triunfo a Acción Nacional y a Diego Sinhue.
En Veracruz (según el más reciente estudio demoscópico de Carlos Campos): 50.8% de los votos se los llevará Morena, 21.6% el PAN y únicamente 6.4% el PRI.
Algunos ilusos y ciegos políticos dirán que falta mucho para el 2 de junio del 2024, que falta observar quienes son los candidatos de uno y otro bando, la construcción de alianzas, y que atentará en contra de la 4T el desgaste presidencial, sus errores y la crisis económica mundial.
Otros ilusos y ciegos políticos apuestan a los “memes”, las cadenas de WhatsApp, los trending topics en contra de Palacio en Twitter y a que un milagroso videoescándalo acabe con los seguidores de AMLO, de una vez por todas.
Alejandro Moreno, en El Financiero, lo explica de manera muy sencilla: el apoyo ciudadano a la alianza opositora PAN-PRI-PRD rumbo a los comicios de 2024 registró una variación a la baja por tercer mes consecutivo, disminuyendo de 41 a 36 por ciento entre abril y julio, mientras que el respaldo a Morena y sus aliados subió de 46 a 51 por ciento en el mismo lapso.
Alito y Marko tienen gran culpa: son un par de cadáveres políticos que se aferran a las prerrogativas.
Alito y Marko no entusiasman a nadie. Son falsos líderes que no indican el camino, no tienen cualidades ni conocimientos, y lo peor, sus decisiones han sido trágicas.
Moreno y Cortés son ceros a la izquierda para gestionar la crisis.
Moreno y Cortés no apasionan a nadie, se muestran ante su electorado como poco responsables, y son cero mesurados. Es decir, no tienen habilidades para el momento histórico que vivimos.
Que nadie se sorprenda en verano del 2024 si López Obrador se va la “chingada” con la mayoría en el Senado y Cámara de Diputados y que nadie se asombre si Morena se lleva siete u ocho gubernaturas.
Que nadie se extrañe si la 4T arrasa en los 27 congresos locales y los 1580 ayuntamientos.
La culpa se la echarán a Marko Cortés y Alito Moreno. Otros señalarán a Dante Delgado que no quiso unirse.
Pero la verdad será culpa de la sociedad desorganizada que sólo se desahoga en las redes sociales y mienta madres.
Será culpa de usted que no reaccionó por la fortuna inexplicable del líder del PRI y la inexperiencia criminal del líder del PAN. Usted fue opositor de sofá, y un pasivo observador de cómo en México, no existe la oposición.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria