Las comisiones unidas de Justicia y de Estudios Legislativos del Senado, aprobaron reformas al Código Civil Federal a fin de que los padres y madres registren a sus hijos con los apellidos en el orden que definan; de tal forma que el apellido materno pueda ir primero que el paterno, como ya ocurre en algunos estados del país.
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Además, se aprobó que no exista prelación en la declaratoria de nacimiento cuando falten los padres, la norma actual establece que el menor deberá ser presentado por los abuelos paternos y luego los maternos, por lo que la reforma elimina paternos y maternos y sólo habla de abuelos.
Al aprobar tres dictámenes en materia civil y familiar, el senador de Movimiento Ciudadano (MC) Noé Castañón, aclaró que, el Código civil federal es aplicable solamente en territorio federal, no así en las entidades federativas, “no tenemos facultades para legislar en materia civil local”.
Por lo tanto, las reformas aprobadas en comisiones tendrán aplicación sólo en casos muy particulares, “va a ser poco práctico”, advirtió el senador toda vez que el Código civil Federal es una regulación macro “pero su aplicación no se da en las entidades federativas y lo que estamos haciendo es simplemente modificar casos en particular”, advirtió.
La propuesta sobre los apellidos indistintos que modifica el artículo 58 del Código federal, hace referencia a la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que definió como inconstitucional obligar a registrar a un recién nacido anteponiendo el apellido paterno, pues esta práctica relega a la mujer a un rol secundario en el ámbito familiar.
La Corte señaló que esta disposición establece un prejuicio que discrimina y disminuye el rol de las mujeres en las familias y, en consecuencia, en la sociedad.
La reforma provocó polémica entre los integrantes de las comisiones, ante la falta de claridad en la norma y la posible intromisión en las legislaciones locales.
El senador del PAN, Damián Zepeda, declaró que esta reforma no atiende un problema de la sociedad mexicana.
“Estamos diciendo, sabes que son dos apellidos y van a ser en el orden en que se pongan de acuerdo ellos dos, pero es que son dos personas y qué pasa si no se ponen de acuerdo, no dice la ley, o sea, la propuesta que están haciendo no te establece una solución, no dice sino se ponen de acuerdo, entonces va pasar esto, pues quién sabe, se van a ir a pleito, a juicio”.
En tanto, el senador de Movimiento Ciudadano (MC), Noé Castañón, argumentó que las entidades federativas son libres y soberanas en materia familiar, de ahí que no se debe usar como referente en una Ley General.
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“El Código Civil Federal tiene aplicaciones muy particulares en territorio federal para cuestiones muy particulares. (…) Para que no vayamos a caer en un malentendido de hacer una regulación marco que venga a conminar a las entidades federativas en adecuar su legislación local”.
Mientras que Germán Martínez, senador del Grupo Plural, afirmó que esta situación podría generar un conflicto que disuelva a las parejas. “Si no se ponen de acuerdo en el nombre, va a acabar en divorcio esa pareja”.
En el dictamen se hace referencia a que en caso de que los padres no se pongan de acuerdo, será el juez del Registro Civil el que defina qué apellidos deberá de llevar primero el recién nacido.
Se insiste que la imposición del apellido paterno responde a un trasfondo histórico, en el cual la concepción del hombre como jefe y portador del apellido de la familia, relega a las mujeres al papel de simples integrantes, lo que niega las funciones que realizan.
“No hay justificación para limitar el derecho de los padres a elegir el nombre de sus hijos, a partir de prejuicios que pretenden perpetuar la situación de superioridad del hombre en las relaciones familiares”, se señala.
Según el Censo de Población y Vivienda 2020, a nivel nacional, en 33 de cada 100 hogares, las mujeres son reconocidas como jefas de la vivienda, lo que representa 11 millones 474 mil 983 hogares.
Esta reforma permitirá dar un reconocimiento a las mujeres que, en muchas partes del país, sostienen no sólo a las familias, sino a sus comunidades a lo largo de las generaciones.
GR