Luego de 19 fines de semana ininterrumpidos, la primera edición del Festival Querétaro Experimental llegó a su fin y con ello dejó una derrama económica de más de 190 millones de pesos.
A la clausura del evento acudió el presidente municipal, Luis Nava, junto con su esposa, Arahí Domínguez, y su familia, donde presenciaron la función de teatro aéreo, Pedaleando hacia el cielo, de la compañía Theater Tol de Bélgica.
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“Gracias a todas y a todos los queretanos, a todas las familias que con su asistencia y su entusiasmo hicieron posible y llenaron de vida esta primera edición del Festival Querétaro Experimental“, declaró.
Durante su celebración se desarrollaron 151 presentaciones artísticas, 29 fueron con histriones internacionales, 26 con nacionales, y 96 con locales, a quienes les aplaudieron más de 160 mil personas en cada espectáculo ejecutado.
Cada plaza, andador, parque o rincón por el que transitaron los locales y visitantes se convirtieron en recintos de experiencias culturales.
Algunos de los escenarios fueron construidos en colaboración con las universidades Autónoma de Querétaro, el Tecnológico de Monterrey y la Anáhuac.
NO ES UN ADIÓS…
El edil anunció que se espera una segunda edición de estas actividades para el 2023, “Querétaro seguirá viviendo la magia”, enfatizó.
Asimismo invitó a que los asistentes se quedaran a la presentación del grupo musical anticultural, Antibalas, originario de Estados Unidos.
Ayer la banda argentina, Nación Ekeko, fue la encargada de cerrar con broche de oro, en la plaza de la Corregidora, donde se montó un domo y el show estuvo diseñado para disfrutarse a través de una experiencia de 360 grados.
LEG