Hoy inició un nuevo periodo ordinario de sesiones de la LXV Legislatura del Congreso de la Unión. Con él, también da inicio el segundo año de ejercicio que acompaña lo que se perfila como el cierre del Gobierno actual.
Esta coyuntura nos obliga a realizar un corte de caja que nos permita ponderar los resultados obtenidos por el Poder Legislativo. Con el objetivo de apuntalar una nueva transición política, en el Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, discutimos y aprobamos las reformas para el cambio: la creación de la Guardia Nacional; la elevación a rango constitucional de los programas para el bienestar social; la legislación en materia de austeridad republicana, y la nacionalización del litio, entre otras.
De ninguna manera esto significa que la agenda del cambio político se haya agotado. Por el contrario, existen temas en el tintero legislativo que se deben convertir en prioridad durante el cierre de la actual legislatura. Sin duda, uno de ellos es la iniciativa de reforma constitucional en materia de Guardia Nacional, anunciada por el Presidente de la República.
El objetivo de esta reforma será culminar el proceso de maduración de la principal corporación encargada de velar por la seguridad e integridad de la sociedad mexicana. Como ocurrió hace tres años, el Poder Legislativo asume con plena responsabilidad la tarea de abrir el debate parlamentario para que, entre todas las fuerzas políticas, podamos encontrar la mejor solución al problema de violencia que sufre nuestro país.
Otro tema que reviste gran interés es la reforma político-electoral. En esta materia, actualmente se lleva a cabo un ejercicio de Parlamento abierto, para poder construir una propuesta con la participación de especialistas y actores de primer orden dentro del ámbito. Con esta modificación buscaremos ajustar nuestro sistema electoral y de partidos a la nueva realidad política, garantizando la equidad en la contienda y una democracia menos onerosa para la ciudadanía.
En la mayoría legislativa, las senadoras y los senadores estamos listos para abordar los retos que esta labor implica. En días pasados, en la bancada de Morena nos reunimos en plenaria: un ejercicio de la mayor trascendencia democrática. Además de delinear los principales aspectos de la agenda legislativa que promoveremos, quedó de manifiesto que somos un movimiento que sabe actuar en unidad, a partir de la pluralidad del pensamiento.
En suma, el nuevo periodo ordinario de sesiones ofrece un escenario de posibilidades para la construcción de una gobernabilidad democrática en beneficio de la nación. La recta final del actual Gobierno, así como de la presente Legislatura, nos obliga a reforzar nuestro desempeño, para satisfacer las principales y más sentidas necesidades de la sociedad.
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