José Ureña
 

Las corcholatas no son dueñas de su agenda.

Deben moverse y promoverse a voluntad y pulso de Palacio Nacional.

Así sea para atraer reflectores en la toma de posesión del hidalguense Julio Menchaca y regresar a las prisas a recibir órdenes del jefe de jefes.

Lo vimos semanas atrás.

En la elección de congresistas partidarios se intentó generar simpatías por Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

Pero sucedieron cosas anómalas.

Se colaron simpatizantes de la jefa de Gobierno en Tabasco y vino la revancha del gobierno de Carlos Manuel Merino con el despido de funcionarios.

Como todos tienen sus aspiraciones y el partido oficial no está para tolerancias, hubo respuesta también en la Ciudad de México contra partidarios de Adán Augusto.

Otro caso:

John Ackerman aparecía como disidente de la línea superior y se instruyó a Bertha Luján de evitar a cualquier costo su elección.

Tarea consumada, con enojo a cuestas.

PROTEGEN A CLAUDIA

Después aparecieron problemas y fue necesario agitar a las corcholatas.

En el ínter, cuando el centro de atención era el fracaso por rescatar a los diez trabajadores ahogados en la mina El Pinabete, en Sabinas, se quisieron mover por su cuenta.

Claudia Sheinbaum fue al sur y de ahí tenía planeado acudir a Guerrero a recibir el respaldo de la gobernadora (es un decir) Evelyn Salgado Pineda.

Le programaron una presentación en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero para hablar de la reforma electoral del régimen y atacar al INE y al TEPJF.

Los cuerpos de inteligencia avizoraron una celada y desde Palacio Nacional le ordenaron no presentarse y seguir su gira por otros lados, donde no hubiera críticas de grupos radicales.

Se fue a Oaxaca con Salomón Jara y Alejandro Murat.

Por encargo superior no va a Tabasco para no agitar el avispero aunque en el poder vean la súbita conversión de Javier May hacia ella y opositor encarnizado de Adán Augusto López, amén de aspirante a la gubernatura en 2024.

Así andan las aguas morenistas y de Ricardo Monreal no hablamos porque él está proscrito en los discursos oficiales y no es corcholata.

EJÉRCITO PARA CDMX

Ya salió un espontáneo opositor para la Ciudad de México.

El empresario, político y diputado federal de mayoría por Álvaro Obregón de la alianza PRI-PAN-PRD Xavier González Zirión ha estudiado fenómenos mundiales para alcanzar el poder.

Desde la base, hace campaña y es el único con infraestructura: representantes en las siete mil 500 secciones electorales, dos mil bardas y decenas de espectaculares.

Ha encontrado un problema: quiere ser incisivo para posicionarse pero no le permiten poner críticas a los Gobiernos federal y capitalino.

Pero trae una propuesta y un ejército de promoción.

En lo primero, desea aprovechar la capacidad de filtración de las zonas serranas para ya no explotar fuentes externas y menos secar el Sistema Cutzamala.

González Zirión ya negocia con todos los partidos y quiere apartar “de 25 a 30 por ciento de posiciones para la sociedad civil”.

-Voy a llegar hasta el final en la selección de la alianza, ya verás. Y no aspiro a otro hueso: quiero ser jefe de Gobierno.

LEG

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