León. Francisco Fernández, quien estaba considerado como el hombre más longevo de Europa, falleció a los 111 años en España.
Francisco Fernández Fernández, conocido como “Quico”, falleció ayer de forma repentina en su domicilio de la pequeña localidad de Pinilla de la Valdería, en la norteña provincia de León.
Aunque nació un 24 de julio de 1901, acostumbraba a celebrar sus cumpleaños al día siguiente, festividad de Santiago Apóstol, reuniendo a toda la familia, como hizo también este año rodeado de sus tres hijos, siete nietos, catorce bisnietos y una tataranieta para celebrar los 111 años.
El día de su último cumpleaños uno de sus nietos señalaba, que su abuelo se encontraba en buen estado de salud.
Fernández vivió una guerra civil, la dictadura franquista, la industrialización y la vuelta a la democracia en España.
En su larga vida, fue pastor, emigró a Argentina y después volvió a su tierra, donde se dedicó a la agricultura, al aprovechamiento de la resina y a tallar madera de pino, en una zona arrasada hace unos días por el incendio forestal más grave registrado en la región de Castilla y León en la última década.
Agasajaba a sus múltiples visitas con anécdotas, aunque no todas con buenos recuerdos, como cuando en 1936 fue obligado a enterrar a unos represaliados que aparecieron muertos en un monte durante la Guerra Civil.
O el percance que sufrió siendo niño cuando pastoreaba ovejas y se desorientó entre la nieve, pasando más de 24 horas perdido en el monte y, según contaba, a punto de morir congelado.
Los más cien de años de Francisco Fernández fueron incluso objeto de estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos.