FRANCIA
Foto: AFP / Los manifestantes tomaron las calles de 140 ciudades. En París se reportaron algunos actos vandálicos y la detención de 11 personas  

Miles de personas salieron a la calles en 140 ciudades de Francia en apoyo a la huelga intersectorial de quienes reclaman un aumento de sueldo, pero también para exigir abasto de gasolina, combate a la inflación y mejoras en transporte, educación y sanidad.

Más medios para escuelas, hospitales y para la seguridad social, abandono de las reformas del seguro por desempleo y del atraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años, alza salarial por la inflación… Los reclamos no faltan.

“Si no bloqueamos, no nos escuchan. Hay que resistir. Todos los derechos están siendo atacados. Si no hacemos nada, no logramos nada”, aseguró Frédérique, una auxiliar de enfermería de 53 años, antes de participar en la marcha celebrada en París.

Sin embargo, la gota que colmó el vaso de cuatro sindicatos y varias asociaciones juveniles fue que el gobierno requisó personal en huelga en refinerías para paliar el desabastecimiento de combustible desde hace semanas.

Aunque los manifestantes hablan hasta de 300 mil asistentes y las autoridades solo 107 mil, lo cierto es que miles pidieron así un alza salarial y defendieron el derecho de huelga en varias ciudades. En París, se registraron disturbios y hubo 11 detenidos.

Estudiantes de liceos profesionales, empleados del sector de la energía o de los transportes, comerciantes, funcionarios, etc., estaban llamados al paro, tres días antes de dos semanas de vacaciones escolares.

Su seguimiento fue desigual. En los transportes, la región de París, por ejemplo, vivió las principales perturbaciones en el servicio de trenes, aunque moderadas, parte de las cuales continuarán hoy.

La huelga, que rechazan un 49% de los franceses según un sondeo de Elabe, llega en un contexto social tenso y representa el preludio de un otoño e inviernos calientes para el impulso reformista del presidente Emmanuel Macron.

Cuando Francia dejaba atrás la pandemia, Rusia lanzó una ofensiva en Ucrania que, junto a la respuesta de Moscú a las sanciones occidentales, disparó los precios de la energía y de la alimentación, y el temor de los franceses por la pérdida de poder adquisitivo.

Curtido por la protesta social de los “chalecos amarillos”, cuyo detonante en 2018 fue el alza del precio del combustible, el gobierno del liberal Macron aprobó rápidamente medidas para limitar el encarecimiento de la energía.

Datos

2 mil euros

es la cantidad que busca adquirir la Confederación General del Trabajo con las protestas; actualmente está en mil 678 euros, es decir, un aumento de 300 euros.

6.2% es la tasa de Francia,
la segunda economía de la Unión Europea; debajo de Alemania (10,9%), Italia (9,5%) y España (9,3%), según Eurostat.

30% de gasolineras
sufren desabasto de combustibles, debido a los paros en las refinerías, lo que genera una crisis para los usuarios y transportistas.

Con información de agencias

LEG