Nos enteramos de que muchas y muchos integrantes de la 4T han sido espiados, y es absolutamente inaceptable: lo que es condenable cuando lo sufre la oposición, es condenable cuando lo sufre el oficialismo. Dicho lo anterior, conviene recordar que la empatía –mis disculpas al Presidente por usar esta palabra horrenda, pero no encuentro otra– es importante siempre, y sobre todo recordar que un espía es también un trabajador que puede sufrir momentos laborales muy difíciles. ¿Se imaginan la reunión de seguridad?

Capitán Martínez, infórmenos: ¿qué ha pasado con la señora?

A la orden, señor. La verdad es que no he podido terminar de escuchar los audios. Se pone a hablar de poesía con un tal Marx algo y me quedo dormido.

Es entendible, capitán, pero que no se repita. Hay medicamentos para eso. Quiero un informe detallado la semana que viene. ¿Por qué no está el teniente Bojórquez?

Pidió licencia, señor. Le tocó Noroña, que al parecer ha estado con problemas intestinales. Quedó muy afectado.

Les dije que no le podían asignar ese objetivo a una sola persona. Es demasiado desgaste. Teniente Cisneros, infórmenos de las actividades de la señora Sandoval.

Nada importante, señor. Estuvo hablando mal del señor Macedonio hasta que pasó algo con el teléfono. Le traje una transcripción. Lo último que se escucha es: “Bálsamo, estoy en la alberca. Tráete la crema”, y luego como como que el celular se cae al agua.

Ah, estaban en la residencia de Tepoztlán. Perfecto, déjeme la copia. Capitán Nájera, ¿qué sabemos del doctor Alcocer?

La mayor parte del material es casi inaudible, señor. Habla con un tono de voz muy bajo y muy lento. Lo más claro es cuando le pone VapoRub a un diputado que no logramos identificar. “Intente expectorar”, parece que le dice.

¿Y el Número Uno?

Ha estado tratando de relajarse, coronel. Mastica mucho y luego como que habla solo de beisbol, pero la verdad de forma incomprensible. Le leo: “Fildeo… Dólar… Chipilín… Dólar… Macaneo… Dólar”.

Es preocupante. Pásele el informe al director del hospital militar, y que haga un diagnóstico.

¿Que el trabajo de espía también trae momentos divertidos? Bueno, sin duda:

¿Leyeron lo que escribió Zepeda, que el Presidente nos llena de dinero para que no le demos un golpe de Estado con los conservadores? ¡Jajajaja! Ya dejen de darle fentanilo, me cae.

Con todo, en términos generales, hablamos de una profesión demandante, ingrata e incluso cruel. Seamos comprensivos. Practiquemos la fraternidad universal.

 

        @juliopatan09