Si hay un organismo autónomo que hoy está muerto, y desde hace ya muchos años, es la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Al organismo autónomo de defensa de los derechos fundamentales le pasó lo mismo que al sector educativo, fueron destruidos fácilmente por el régimen de Andrés Manuel López Obrador sin el más mínimo interés de una sociedad que ve esas áreas lejanas de su vida cotidiana.

Desde esa tumba en la que reposa uno de tantos órganos autónomos enterrados por la 4T, surge este zombi de la CNDH para hacerse presente en una discusión que no le toca, que le es constitucionalmente ajena, pero que nos deja ver con toda claridad qué es lo que le pasa a las instituciones que son cooptadas por el apabullante poder de López Obrador.

La CNDH debió ser la primera en levantar la voz ante la militarización que ha sufrido el país, los primeros en exigir respeto a la Guardia Nacional como institución civil. Pero no, el club de fans que es ese organismo calla como momia en sus temas y echa porras al intento antidemocrático de destruir al Instituto Nacional Electoral.

Y no es solo un asunto de “estilo”. Lo que hace la CNDH al meterse de esta forma tan burda en los temas electorales es violar la Constitución. Ahí están los Artículos 41 y 102 que marcan lo que puede y lo que no puede hacer ese organismo.

Gracias de verdad a la CNDH por dejar ver a muchas personas en qué acabaría convertido el INE si prospera la intentona antidemocrática de este régimen de socavar a esta institución autónoma y de probados resultados en materia electoral.

Ejemplifican perfectamente bien los alcances de este régimen que quiere controlarlo todo. Y que ahora va por el manejo del árbitro electoral, del juez electoral y quiere apoderarse del congreso.

La burda intervención de la CNDH en la avalancha presidencial de destruir la democracia puede hacer que más personas se den cuenta de esta intentona, la más peligrosa hasta ahora en todo el Gobierno de López Obrador.

Es el momento de darse cuenta de que lo que está en juego no solo es que este régimen sea juez y parte en las elecciones, es que nadie quedará a salvo de perder algo en un país que ya no sería confiable dentro y fuera de nuestro territorio.

Si acaba este régimen con la vida democrática del país no será solo un asunto de que puedan designar con total libertad a los candidatos, que tendrán garantizados los triunfos, implicará que a partir del 2024 tendrían la puerta abierta a redactar su propia Constitución que consume el aplastamiento de todo lo que hemos conseguido con tanto trabajo como una nación de incipiente democracia.

Si este lance ilegal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, inmiscuyéndose en los terrenos de los derechos democráticos de los mexicanos, algo prohibido por la Constitución, sirve para que alguien voltee a ver el tamaño del peligro que implica lo que el régimen intenta hacer en el congreso en estas semanas y se indigna con ello, habrá que decir: Gracias CNDH por ser tan obvios.

   @campossuarez