Foto: AFP |  

Las cenizas de la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, fallecida el domingo a los 93 años, fueron esparcidas este jueves en ese lugar de Buenos Aires donde desde 1977 clamaron por los desaparecidos de la dictadura argentina (1976-83).

Ataviadas con los pañuelos blancos que las hicieron mundialmente conocidas, sus compañeras Visitación de Loyola, Josefa de Fiore, Irene de Chueque, Sara Mrad y Carmen Arias fueron las encargadas de esparcir las cenizas de Bonafini junto a la Pirámide de Mayo, el monumento alrededor del cual se manifestaron durante 45 años, mientras la multitud aplaudía y cantaba: “Madres de la plaza, el pueblo las abraza”.

Entre los asistentes destacaron muchas mujeres que la apoyaron, sin ser parte de su organización.

“Tenía que estar acá, como estuve siempre. Conozco bien la vida de ella. Durante la dictadura yo sufrí la muerte de un amigo que era como mi hermano”, dijo a la AFP María Esther García, de 81 años. “Lo mataron en su casa, delante de los tres hijos. Yo creo que la lucha de las Madres va a seguir, porque hay mucha juventud en el movimiento de derechos humanos. Ellos van a seguir el camino, no van a abandonar. Lo que pasa es que Hebe era fundamental”, añadió.

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Nacida el 4 de diciembre de 1928 en Ensenada, cerca de la ciudad de La Plata, a unos 60 kms de Buenos Aires, Hebe Pastor de Bonafini sufrió la desaparición en 1977 de dos de sus hijos, Jorge Omar y Raúl Alfredo, así como la de su nuera María Elena Bugnone Cepeda en 1978.

Junto con otras mujeres cuyos hijos también habían desaparecido tras ser secuestrados, comenzó a manifestarse en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del gobierno, con marchas alrededor de la Pirámide donde este jueves quedaron sus cenizas.

“Nuestros hijos nos parieron”, dijo en una ocasión para explicar la formación de su organización.

Hebe para mí es una heroína, porque lo que ella hizo de buscar a los desaparecidos es algo a lo que no se atrevió mucha gente”, comentó Virginia García, de 42 años, militante del movimiento social Barrios de Pie.

En el homenaje que se le rindió, la Plaza de Mayo fue adornada con fotos de Bonafini y con mensajes, algunos escritos a mano, que decían: “Te amamos Hebe, madre del pueblo” o “Resistir es combatir, hasta siempre Hebe”.

“Lo que hizo y lo que dejó”

Figura controversial en Argentina, se caracterizó por sus posiciones políticas radicales y declaraciones viscerales, como cuando en ocasión del atentado contra las Torres Gemelas dijo: “No voy a ser hipócrita con este tema. No me dolió para nada”.

En los años recientes fue procesada en una causa por supuesto desvío de fondos públicos en la fundación Sueños compartidos, creada para hacer proyectos de vivienda popular.

La causa, abierta hace más de una década, se encuentra estancada.

Los enfrentamientos por motivos políticos con otras dirigentes llevaron en 1986 a la división de la organización, que quedó partida en dos: Madres de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.

Al recordarla en estos días, Estela de Carlotto, titular de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, que busca a los hijos de desaparecidas nacidos en cautiverio, dijo que “por momentos era realmente imposible entendernos o razonar, porque tenía su carácter fuerte, pero lo que interesa es lo que hizo y lo que dejó”.

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“Fue una mujer reconocida por el mundo entero, que se dedicó a pregonar la necesidad de la condena a los responsables, de buscar a los que no volvieron”, dijo.

En la ceremonia de este jueves, Angela Cardella, de 82 años y quien pasó parte de la dictadura escondida junto con su compañero sindicalista, la describió como “una gran luchadora, muy frontal”.

“Hubo disidencias políticas después (entre las Madres), pero lo que celebramos hoy es su herencia”, aseguró.

Cercana a los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner, fue recibida con entusiasmo por los principales líderes de la izquierda latinoamericana, como Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales.

LDAV