La noticia más importante en lo que se refiere a Silicon Valley ha sido el anuncio de la sentencia por al menos 11 años a Elizabeth Holmes, fundadora de la empresa Turanos y a quien en algún momento se le equiparó a Steve Jobs.
La idea de Holmes era revolucionar los diagnósticos médicos para lo cual aparentó haber inventado una tecnología capaz de analizar una gota de sangre y a partir de ahí hacer un diagnóstico completo del estado de salud de un paciente. Al final, esto resultó un fraude mayúsculo.
Todo esto sucedía mientras en Estados Unidos se discutía el otorgar planes de seguro médico por parte del Gobierno a todos los estadounidenses.
Esto refleja el gran debate que sigue sucediendo no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo sobre el papel de lo privado y lo público en la vida humana.
Este debate vuelve a hacerse presente hoy en día debido al destino que pudiera tener la compañía Twitter, bajo el liderazgo de Elon Musk. Resulta que muchos servicios públicos en varias ciudades utilizan a Twitter como una forma efectiva y privilegiada para anunciar programas, proyectos e iniciativas ante la ciudadanía. El problema que se presenta es el de los gobiernos quedándose a merced de la disputa entre conglomerados privados por el control de redes sociales.
La opción de crear servicios públicos de comunicación por redes sociales controlados por gobiernos no tiene mucho respaldo debido al problema del control de la información que tendrían sobre los individuos. El caso chino habla con gran fuerza en contra de este modelo de gestión estatal de las redes sociales. Sabemos que el control de ellas por parte de la burocracia comunista en China no ha emancipado a la gente y que, por el contrario, la ha puesto en una situación de servidumbre.
Quizás se deba pensar en modelos híbridos, con participación privada y pública y con un mecanismo de fiscalización ciudadana que evite el control gubernamental de los individuos. Quizás se necesitan nuevas formas de gestión que eviten el control de las actividades humanas que deberían ser libres por parte de conglomerados privados o del Estado. Es hora de pensar en alternativas.
AR