Largamente esperada por los mexicanos, los partidos políticos y el Presidente de la República, la reforma electoral está próxima a debatirse. López Obrador sabe que no tiene los votos suficientes como para realizar una reforma profunda de la vida electoral, pero se modificará lo que se pueda sin la aprobación de las dos terceras partes del Congreso que debe tener toda reforma Constitucional.
Sin embargo, como sucedió con la reforma eléctrica, Morena decidió aplazar una semana la discusión del documento en el pleno, para “dar tiempo al análisis” del dictamen. Algunos consideran que será tiempo suficiente para cabildear con diputados de la oposición para ver si apoyan la propuesta del Presidente.
Mientras más se acerca el fin del sexenio diputados y senadores de oposición empiezan a pensar en su futuro. Saben que sus partidos no ganarán la Presidencia de la República y que el resto de los cargos de elección popular son una moneda en el aire, por lo que deben pensar en su futuro personal, el cual podría estar mejor posicionado en Morena que en sus respectivos organismos partidistas.
“Por prudencia y dar tiempo para el análisis del dictamen, aprobado en comisiones, los coordinadores de la coalición Juntos Hacemos Historia, acordamos pedir a la Mesa Directiva que dicho proyecto sea abordado el martes”, informó el coordinador de Morena, Ignacio Mier.
La traición es el común denominador en la clase política mexicana, sin importar partidos ni ideologías. Desde hace muchos años han pensado en su persona y no en el pueblo. Ejemplos hay muchos, aunque debe reconocerse que hay quienes brincan de un partido a otro sin siquiera despeinarse como si se tratara de una lucha de sobrevivencia y no un servicio a la población. Tienen la traición en el ADN de sus familias y de sus partidos, hay pruebas todos los días, y todavía así quieren ser candidatos luego de vivir una vida de cambio de disfraz que oculta, inevitablemente, el oportunismo.
Aplazar el dictamen de la reforma electoral, implica que la gente tenga los ojos puestos en el destino de la manera en que deberá regirse la conducta de los candidatos, los partidos y la población en general respecto a las campañas y las votaciones.
La oposición nunca ha ofrecido sorpresas ni propuestas y sólo sabe decir que no y respondió que se mantiene en su rechazo a la reforma, además de que el PRD atribuyó el aplazamiento a la falta de consensos incluso dentro de la bancada de Morena.
Los conservadores aseguran que ni siquiera en Morena hay unidad de criterios, y por eso aplazan. Lo cierto es que se busca, por un lado, dividir la votación de Morena desde la oposición. Y, desde Morena, buscar la traición de algunos opositores, no sólo para votar a favor de la ley electoral sino para que se vayan a sus filas.
Mientras esto sucede la guerra de declaraciones se convierte en un adelanto de lo que podrían ser las campañas, porque la oposición pondera la Alianza opositora, y considera que, si se sumando pueden ganarle a Morena, por su parte, este partido hace énfasis en su mayoría que no ha dejado de crecer o, por lo menos, de mantenerse.
Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, anunció una iniciativa de ley reglamentaria para los gobiernos de coalición, añadió que aun cuando Morena atrase una semana la discusión, “el resultado será el mismo: no pasará”; sin embargo, en la discusión de comisiones unidas ocurrida el lunes 28, se mostró nervioso y con poca seguridad. “Juntos somos competitivos y el PRI es un integrante sólido de la coalición” Va por México, afirmó.
Hay políticos que no resisten más tiempo ante la posible conclusión de su carrera política, pero también hay traiciones que marcan de por vida a los traidores.
PEGA Y CORRE.- El banco estadounidense JP Morgan, caracterizado por criticar la postura de López Obrador desde la campaña, señaló que Morena ganará las elecciones presidenciales de 2024 debido a una “frágil alianza de oposición” y a que se espera una reactivación del gasto público en programas sociales y proyectos prioritarios… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.