Terminó el mundial de futbol, ganó el equipo que metió los goles necesarios para ganarlo, sin ser un equipo espectacular pero con un personaje que se fijó una meta para terminar su carrera futbolística siendo el mejor del mundo: Lionel Messi ha ganado 10 ligas, 7 copas del rey, 7 supercopas de España, 4 Champions League, 3 super copas, 3 FIFA Club world cup, 1 Lugie 1 (Francia), 1 Trophee Des Champions, 1 summer olympics, 1 copa América y ahora 1 Copa del Mundo.

Ojalá que un personaje con esta enmendadura pudiera transmitir a todo un país lo que significan años de sacrificio, trabajo y disciplina: Hace años le cuestionaban su trabajo dentro de la selección de Argentina y hoy lo tienen como todo un rey, una “adoración”. Que sea un ejemplo para bien, desde el propio gobierno hasta su sociedad cuya economía sigue afectada por una alta inflación que está cerca del 100% anual, una depreciación del peso argentino del 68.2% en lo que ve de este 2022 y un alto endeudamiento público, con controles al capital e incertidumbre en su manejo de política económica y social.

El entorno internacional a nivel mundial viene con una clara desaceleración económica con riesgo recesivo, especialmente con China, Europa y un poco más defensivo Estados Unidos. Varios indicadores vienen perdiendo impulso a fuerte velocidad como la manufactura y servicios, ventas minoristas y balanza comercial.

Persisten cuellos de botella en algunas cadenas de suministro como en China que opera a un 60-70% de su capacidad y Estados Unidos a poco más del 80%.

La guerra Rusia – Ucrania que parece no tener un fin cercano todavía. Veíamos a China como un jugador importante que pudiera interceder y presionar a Rusia de terminar el conflicto, pero sus recientes reuniones con Vladimir Putin, las presiones políticas, económicos y empresariales que mantiene con Estados Unidos y Europa parecen alejar esa posibilidad.

El propio gobierno de China que trata de relajar las políticas de cero COVID con la apertura de su economía teniendo resultados negativos en el corto plazo, los casos COVID aumentan aceleradamente y no pueden reactivar eficientemente la economía. Su sector inmobiliario sigue paralizado, con alto endeudamiento y nula liquidez.

La Política Monetaria con los Bancos Centrales tratando de controlar la presión inflacionaria mundial. La FED quizá ha sido la más acelerada con tasas de interés ya en niveles de 4.50% anual, pero aún con riesgos futuros de acuerdo a algunos miembros de la junta. El BCE que mantiene una brecha “enorme” todavía entre la inflación al consumidor y productor vs la tasa de referencia en 2.50% anual. Ambos bancos, inyectaron fuerte liquidez a su sistema financiero en el 2020 y 2021 y actualmente, necesitan “reducir ese exceso de liquidez” y su nivel de cumplimiento penas ronda el 70%.

Por todo esto, y expectativas poco alentadoras al menos para el primer semestre del 2023, los mercados mantienen respuestas negativas. Los inversionistas consideran aún riesgos de alza en tasas de interés de referencia en Estados Unidos, Zona Euro, Reino Unido y en varias economía emergentes como México, donde Banxico aún no puede desligarse de la FED.

Las empresas están tratando de ajustar su estructura financiera, reduciendo gastos, mejorando márgenes, buscando reposicionar su marca en el mundo, buscado efectos de nearshoring que brinde mejores condiciones y estabilidad. Seguramente en el 2023 podría haber buenas alternativas de inversión, pero se necesita por ahora tiempo.

Por todo esto, los mercados financieros muestran inconsistencias, momentos de alta volatilidad, esperanzas por tiempo limitado, pero al final, tendencias erráticas.

 

        @1ahuerta