Cerramos un 2022 con grandes cuestionamientos en materia de política monetaria, quizá la variable que más pesó en el desempeño de los mercados. Los cambios que la FED consideró “oportunos” acelerando el alza en las tasas de interés para buscar controlar el riesgo sobre la inflación, generó fuerte incertidumbre sobre su efecto futuro hacia la economía global, con riesgos de alcanzar una recesión económica.
Hoy vemos a China y Europa con mayores riesgos sobre la economía global, la Zona Euro con riesgo de una recesión durante el primer semestre del año y China con muy bajo crecimiento económico. Estados Unidos quizá, estará enfrentando un menor crecimiento, pero será “defensivo” dentro del entorno internacional. Es probable que su actividad productiva se vea limitada, pero hasta ahora, la creación de empleos se mantiene positiva, aunque algunos indicadores ligados a ventas minoristas y la producción industrial darán ciertos dolores de cabeza en algunos meses del año.
No obstante, es probable que veamos a una FED menos “agresiva”, reduciendo la intensidad de alza en las tasas de interés y que desde nuestro punto de vista, no superará el 5.0% anual. Ello llevaría a un aumento de 50 puntos base sobre el cierre 2022 en 4.50% o máximo, dos de 25 puntos base durante el 2023.
Varios eventos seguirán en el entorno internacional, como la guerra en la que el invierno ha sido más benévolo para Europa y Rusia tendrá mayor dificultad para tratar de mover precios de energéticos y de alimentos.
Los cuellos de botella podrán seguir pesando un poco en los precios. China está a poco más del 60% de su capacidad de suministro y Estados Unidos por arriba del 80%. Será importante visualizar si China logra hacer su reapertura económica sin mayores contratiempos por el tema COVID, o tendrá de uno a dos meses aún complicados.
Las bolsas terminaron el 2022 con rendimientos negativos. El Dow Jones perdió el 8.8%, el S&P500 el -19.4% y el Nasdaq -33.1%. Aquí en México, la bolsa terminó con una baja del 9.0% nominal y -4.2% medido en términos de dólares.
El último trimestre del 2022, representó movimientos de baja en materias primas como el petróleo, el gas y la gasolina, que ayudaron a contener la presión inflacionaria, dando oportunidad en Estados Unidos a que la inflación anual pasara del 9.1% anual en junio al 7.1% en noviembre (último dato conocido) con posibilidades de terminar el 2022 debajo del 7.0% anual.
La parte de alimentos tendrá quizá algunos meses un poco más complicados, donde el clima y la guerra podrán pesar un poco más, aunque consideramos que será limitado su efecto.
Con todo esto, vemos que el primer trimestre del 2023 podría seguir siendo incierto para los mercados. Sin embargo, será una etapa en la que habrá seguramente valuaciones de empresas muy atractivas en la parte de renta variable, veremos probablemente un dólar (DXY) que vaya cediendo vs monedas de economías desarrolladas y tasas de interés que la parte corta vaya reconociendo ya un pico y la curva de bonos tanto en Estados Unidos como en México empiecen a generar un cambio de visión aprovechando “tasas de interés altas” para defender el rendimiento de los portafolios de inversión.
El primer trimestre será para aprovechar condiciones de mercados y establecer portafolios de inversión competitivos y diferentes al 2022.
Deseamos un 2023 lleno de salud, bendiciones y de grandes éxitos personales y profesionales.
@1ahuerta