cabañuelas
Foto: 24 Horas Yucatán / El método es utilizado por los agricultores mayas para planear cómo será su siembra del año  

Las cabañuelas mayas son una forma de observación que se realiza durante enero para identificar el clima que se registrará en todo el año. La tradición sigue vigente para la siembra de la milpa, expuso el activista maya, Bernardo Caamal Itzá.

El integrante del colectivo Xok k’iin, quien lleva dos décadas practicando este método, explicó que se realiza durante el primer mes del año, en cuatro fases y tiene su orígen en Europa, aunque los mayas lo adaptaron con sus propias prácticas para pronosticar el tiempo.

TOMAN ENERO COMO REFERENCIA

La observación y el registro de la primera vuelta inicia desde que amanece el primero de enero y hasta el 12; en estos días se registra cuáles fueron las condiciones climatológicas y a cada uno se le asocia con un mes.

En esta lógica, el día uno del año corresponde al primer mes; el dos es febrero; el tres, marzo y así sucesivamente hasta llegar al 12, que sería diciembre.

Después viene una segunda vuelta de observación y registro, pero el conteo se hace a la inversa, del 13 al 24 de enero, donde el 13 es diciembre; el 14, noviembre; el 15, octubre y llegará hasta el 24.

Luego, inicia la tercera vuelta del registro, en donde cada día contempla dos meses del calendario Gregoriano, mientras que la cuarta vuelta y última, se hace por horas del 31 de enero, y de esta forma concluye el ciclo de observación y registro.

El activista dijo que en el territorio maya peninsular, los milperos aún cultivan semillas de maíz Xmejen Naal (maíz de ciclo corto), Xnuk naal (maíz de ciclo largo) y que para mejorarlas tuvieron que considerar los tipos de suelo, la antigüedad del espacio (nuevas o cañadas), los tiempos en que se presentan las lluvias, sequías, frentes fríos, entre otros elementos.

Al llegar el esplendor cultural que tuvieron y sin importar la situación kárstica de los suelos peninsulares, desarrollaron una agricultura que les permitió obtener los alimentos necesarios para alimentar a los habitantes de las grandes ciudades; por lo que significó tener un profundo conocimiento del entorno para lograr la cosecha, lo que significó el conocimiento de los astros.

Hoy, aún quienes trabajan las milpas mantienen el uso de conocimientos sincréticos, aunque es de interés aclarar que los hijos de los agricultores cada vez están menos interesados en los antiguos conocimientos en el manejo de la tierra.

 

LEG