Leo muchas burlas por la actitud de nuestro Presidente con Biden, buena parte de ellas alrededor de lo que en efecto es una actitud contrastante. En plan “agárrenme porque lo mato”, el licenciado López Obrador, por una parte, canta nuestra independencia desde Palacio Nacional y medio amenaza con salirse del tratado de libre comercio en nombre del licenciado Bartlett y su proyecto soberano; ayuda a sostener al tirano en Cuba; se pelea con Ucrania con esos amores putinianos, y clama porque los vecinos del norte se alivianen con Nico Maduro. Luego, se comporta con una casi impecable simpatía cuando el señor Biden viene a estas tierras, bien portado y capitalista de a madres.

Sin ironías, esa actitud de contrastes me parece de celebrarse. Lo que se viene de aquí a 2024, según todos los indicios, es una radicalización del cuatroteísmo todavía más contundente que la de los últimos meses, no hace falta decir que con el Presidente a la cabeza.

En efecto, aquí de lo que se trata es de reventar la democracia y garantizar la continuidad del morenismo a costa de acabar con el INE, de violar la ley electoral y de lo que haga falta, lo que incluye torpedear a los medios, calumniar a las voces críticas y sacar recursos de donde se pueda.

En ese contexto, que el Presidente reafirme su fe en el comercio regional, planche el traje, le agradezca a Biden que haya sido el único que no le ha puesto ladrillos al muro y no cometa más atropellos que hablar durante media hora en la rueda de prensa para no decir nada pero no dejar que lo digan los otros, es decir, ese pragmatismo, esa muestra de contacto con la realidad, tiene que darnos un poco de oxígeno a quienes, con toda la razón, nos vemos en camino al desastre nacional.

Ya que estamos, y para que vean que esta columna no es del todo ajena al optimismo, lo mismo deberíamos decir de la detención de Ovidio Guzmán. Con todas las críticas que se le quieran hacer, en general más que razonables, mil veces mejor ese arresto que el culiacanazo, los piropos a El Chapo y, sobre todo, la evidente complicidad del crimen organizado con Morena en las elecciones intermedias en varios estados, incluida Sinaloa.

Háganle caso, pues, al doctor Patán: no se pongan la vacuna Abdala ni con una pistola en la cabeza, eviten las mañaneras salvo que les paguen por escucharlas, tengan vigente su visa, abracen a sus seres queridos y sonrían de aquí hasta el siguiente disparate, esas ocho o diez horas de mar en calma que de pronto nos regala el licenciado.

 

    @juliopatan09