Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, realizó otra purga contra militares que trabajaban en la seguridad de la Presidencia, al mismo tiempo que criticó nuevamente al exmandatario Jair Bolsonaro.
Lula apartó a 13 uniformados, un día después de que otros 40 militares fueran relevados de sus funciones en la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada.
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El personal separado era parte del Gabinete de Seguridad Institucional, responsable de asistir al presidente en labores de seguridad nacional y política de defensa, de acuerdo con lo publicado en el Diario Oficial de la Unión.
Los cambios ocurren una semana después de que el mandatario, de 77 años, manifestó su desconfianza sobre algunos militares que cumplen funciones auxiliares en las sedes de gobierno.
Lula compartió sus reservas después de la invasión a las sedes de los tres Poderes públicos en Brasilia a manos de miles de bolsonaristas. Lula aseguró estar convencido de que hubo complicidad interna en la invasión del 8 de enero, ocurrida exactamente el día en que cumplía una semana de regresar al poder por tercera vez.
“No sé si el expresidente mandó (a cometer los ataques), lo que sé es que tiene culpa porque pasó cuatro años instigando al pueblo a tener odio”, aseguró Lula en una ceremonia con sindicalistas en el Palacio del Planalto.
El día del ataque, el presidente brasileño aseguró que Bolsonaro, a quien no mencionó directamente, “provocó” y “estimuló” los ataques a través de “discursos” mientras estuvo al frente de Brasil.
Desde Estados Unidos, Bolsonaro niega cualquier conexión con los actos violentos en Brasilia, pero es investigado por las autoridades brasileñas bajo sospecha de haberlos instigado.
DETENIDOS
La reforma en el entorno más cercano de Lula se realiza mientras avanzan las investigaciones para determinar quién participó, organizó y financió la violenta invasión a los edificios. Más de 2 mil personas fueron detenidas desde entonces, de las cuales, mil 382 continúan en manos de las autoridades.
La Fiscalía General presentó el lunes ante el Tribunal Supremo (STF) sus primeros cargos contra 39 personas sospechosas de participar en los desmanes. Augusto Aras, titular del despacho, prometió en entrevista con una televisora local que presentará otras 200 nuevas acusaciones en las próximas dos semanas.
Este miércoles, el exministro de Justicia de Bolsonaro y también secretario de Seguridad del Distrito Federal en el momento de los destrozos, Anderson Torres, permaneció en silencio al acudir a su primera audiencia ante la Policía Federal desde que se entregó a las autoridades el sábado.
CONSECUENCIAS DE LAS MANIFESTACIONES VIOLENTAS
53 militares fueron removidos de su cargo después de la invasión a las sedes del poder el pasado 8 de enero.
2 mil personas aproximadamente fueron detenidas,1,382 continúan en manos de las autoridades.
39 personas sospechosas de participar en los desmanes obtuvieron cargos de la Fiscalía General ante el Tribunal Supremo (STF).
Con información de AFP.
LEG