El juicio contra el ex jefe de Policía de Chongqing y “número dos” del dirigente chino caído en desgracia Bo Xilai, Wang Lijun, comenzó hoy a puerta cerrada en el Tribunal Intermedio de Chengdu.
Según informó su abogada, Wang Yuncai, a los medios desplazados a Chengdu para cubrir el proceso, aunque inicialmente el juicio se había anunciado para mañana, martes, hoy se llevó a cabo la vista por los delitos de deserción y manipulación de la ley para sus propios fines.
Wang indicó que la vista de hoy se llevó a cabo a puerta cerrada porque se trataron secretos de Estado y el martes celebrará la vista pública para abordar el resto de los cargos: la aceptación de sobornos y abuso de poder.
La Fiscalía había presentado los cargos contra Wang hace dos semanas.
El anuncio se produce apenas una semana después de que la Fiscalía china presentara cargos formales contra el ex “número dos” de Bo Xilai cuando éste era el líder del Partido Comunista chino (PCCh) en Chongqing (centro del país).
Wang había sido el detonante del escándalo que supuso la defenestración de Bo, después de que el pasado febrero tratase de refugiarse en el consulado de Estados Unidos en Chengdu.
Allí, supuestamente, denunció una serie de malas prácticas de Bo Xilai -entonces secretario general del Partido Comunista de China en Chongqing y una estrella en alza en las esferas de poder- y reveló que la muerte tres meses antes del empresario británico Neil Heywood en esa ciudad no había sido un accidente, como se había dado a entender hasta entonces.
Wang abandonó el consulado por su propio pie y quedó en manos de las autoridades chinas, sin que se le volviera a ver en público desde entonces.
Hasta ese momento, Bo y Wang habían recibido grandes alabanzas por parte de los medios de comunicación y de algunos políticos chinos por los logros de sus campañas para combatir la corrupción en Chongqing.
En marzo, Bo quedó destituido, poco antes de que se anunciara que su esposa, Gu Kailai, estaba considerada sospechosa en la muerte de Heywood, un antiguo amigo de la familia.
Gu fue declarada culpable el mes pasado del asesinato con premeditación de Heywood y se le impuso una condena a muerte aplazada, algo que en la práctica evita su ejecución.