El Cártel del Golfo se remonta a los años 70, bajo las ordenes del contrabandista Juan Nepomuceno Guerra, quien contaba con el apoyo de algunos integrantes de la Policía Judicial. Sin embargo fue su sobrino Juan García Ábrego, que expandió las líneas de negocio. En lugar de cobrar un porcentaje por cargas ilegales de contrabando, coches robados o droga, el decidió incursionar en este negocio como inversionista. En 1989, García Ábrego ya había establecido relaciones importantes con el entonces denominado Cártel de Colombia, donde la cocaína desplazo a la marihuana debido a su menor tamaño y mayor margen de utilidad. El 14 de enero de 1996 García Ábrego fue detenido en una finca localizada a las afueras de Monterrey, Nuevo León, antes de ser deportado al día siguiente a EU.

Su principal colaborador, Óscar Malherbe de León, reemplazó a Juan García Ábrego, en tanto, Humberto García Ábrego, su hermano, fungió como subalterno; ambos se encargaron de coordinar la introducción de cocaína a territorio estadounidense un año más. El 27 de febrero de 1997, justo en el periodo en el que el Congreso de Estados Unidos estudiaba certificar la lucha contra el tráfico de drogas en México, la Procuraduría General de la República (PGR) informó de la detención de Malherbe de León. Fue entonces que Salvador “El Chava” Gómez Herrera, ex investigador de la Policía Ministerial de Tamaulipas, tomó el mando de la organización. “El Chava” Gómez estaba identificado como el líder visible del “Cártel del Golfo”, pero este liderazgo sólo duró unos meses al frente de la organización delictiva ya que este fue asesinado por Osiel Cárdenas Guillén en 1998.

Osiel Cárdenas Guillén (a) El Matamigos, asumió la jefatura del Cártel del Golfo. Él había ingresado a la compañía debido a su trabajo en la PGR como entrenador de perros, y sabía como esconder los cargamentos de cocaína para no ser detectados. Esto redujo la merma del Cártel y llamo la atención de García Abrego que le encomendó la tarea de cooptar más “técnicos” de la PGR.

Una de las primeras acciones que hizo Cárdenas Guillén fue la creación de una escolta personal conformada por militares de élite del Ejército mexicano que en los años siguientes, después de su detención en 2003, iniciarían un camino propio en el mundo del narcotráfico, al grado de convertirse a finales de 2007, en una estructura delictiva independiente, cuyos integrantes eran conocidos como “Los Zetas”.

De forma análoga se crearon diversos grupos cuyo objetivo era mejorar las operaciones y asegurar la continuidad del negocio a través de la instalción de procesos y división del trabajo. Con esto se pretendía garantizar el tránsitode drogas observando una reducción en los riesgos de traslado.

Después de meses de labores de investigación e inteligencia —que incluyó la infiltración de agentes encubiertos—, el operativo para capturar a Cárdenas Guillén se efectuó el viernes 14 de marzo de 2003, cuando efectivos militares rodearon una casa situada frente a un jardín de niños del fraccionamiento Satélite de Matamoros.

El lugar de Osiel fue asumido temporalmente por Jorge Eduardo Costilla (a) El Coss y Ezequiel Cárdenas que pactaron con Heriberto Lazcano Lazcano y Miguel Treviño Morales la formación de La Compañía, sociedad entre el Cártel y su otrora brazo armado Los Zetas. La Compañía operó con El Coss, Tony Tormenta y El Lazca como consejo gobernante o triunvirato; bajo este esquema, mantuvieron controladas las plazas localizadas a lo lardo del litoral del Golfo de México y la frontera noreste del país. De acuerdo con información de la DEA, La Compañía llevó a cabo la transportación de grandes volúmenes de cocaína y mariguana a través de las tres modalidades de tráfico —marítima, aérea y terrestre— desde Colombia, Venezuela y Guatemala hacia Texas, mismo que fungía como centro de acopio y distribución de los cargamentos, los cuales una vez en territorio estadounidense, eran enviados a distintos puntos de este país.

La Compañía utilizó programas sofisticados para controlar embarques, empleo, salarios y pagos realizados a agentes de las fuerzas del orden público, así como cuentas a cobrar y a pagar.

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