En México, el cáncer infantil es la primera causa de muerte por enfermedad en niños de 5 a 14 años y la tercera en menores de cinco, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La sobrevida de menores con cáncer en México es de 57% mientras que en países desarrollados alcanza 80%.

Cada año fallecen más de dos mil infantes por tumores malignos y, entre los principales tipos de cáncer, se encuentran la leucemia; el tumor maligno de las meninges, del encéfalo y de otras partes del sistema nervioso central.

Si bien ya existía un rezago en el acceso a tratamientos, en el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la atención a menores con cáncer se ha agudizado a grado tal, que los padres de los menores han tenido que hacer diversas manifestaciones para hacerse escuchar.

A cambio sólo han recibido descalificaciones de los funcionarios de la Secretaría de Salud (Ssa) como el subsecretario Hugo López-Gatell, quien los acusó de hacer una campaña golpista a costa de sus hijos. Además del desdén del primer mandatario, quien asegura que ya hay medicamentos y que no faltan, pero la realidad en los hospitales es distinta.

Los tratamientos sí llegan, pero a cuenta gotas, y es la sociedad civil, la misma a la que el Presidente acusa de conservadora, la que ha tenido que apoyar con donaciones, la compra de medicamentos y tratamientos.

El falso cuestionamiento de: “y dónde estaban cuando esto pasaba en los gobiernos anteriores”, con el que los afines a la 4T pretenden lavarse la cara de sus culpas, suena a vileza cuando se topa con la realidad de millones de menores que se quedan con tratamientos a medias o que tienen que mendigar por sus quimioterapias.

La 4T tiene la gran oportunidad de demostrar que sí les importan los menores con cáncer, ahora que gobiernan la mayoría de los estados pueden copiar los modelos de atención de los gobiernos de Jalisco y Nuevo León, donde tienen programas integrales que cubren el diagnóstico, las quimioterapias, las radioterapias, cirugías, transplante de médula ósea, atención psicológica, nutricional, cuidados paliativos, así como el transporte y la educación, de manera gratuita.

Beneficios que el Insabi, ese instituto que sustituyó al Seguro Popular y que no ha logrado que México tenga un sistema de salud como el de Dinamarca, no cubre.

Además, en Jalisco esta atención integral ha logrado alcanzar niveles de curación de entre el 70 y 75%. Lo que demuestra que dejando de lado las ideologías de falsa austeridad y con verdadero compromiso por la niñez, se pueden garantizar los tratamientos para todos los menores con cáncer.

Sin embargo, con tal de quedar bien con su líder, la Cuarta Transformación sigue siendo indolente ante la tragedia de los menores y sus familias.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

En qué país cabe que una persona, que debe velar por la justicia, se ampare para evitar que el Comité de Ética de su Universidad no resuelva sobre la legalidad o no de su tesis, ¡ah sí!, en México.

 

    @aguilarkarina