La Norma Oficial Mexicana 163 que propone aumentar el rendimiento del combustible que utilizan los automóviles encontró resistencia entre los fabricantes, quienes aseguran que esto incrementará los costos de las unidades; por su parte, organizaciones civiles señalan que un gasto mayor para los consumidores sería compensado con el ahorro en la compra de gasolina.

 

El proyecto de norma en México está actualmente en revisión por parte de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) y plantea incrementar la eficiencia de 13 a 15 kilómetros por cada litro de combustible en 2016.

 

En agosto pasado, en Estados Unidos, el principal destino de exportación de vehículos para México, se aprobó una norma de eficiencia vehicular que se propone aumentar dicho rendimiento a 23 kilómetros en 2025.

 

Esto, una vez que el presidente Barack Obama llegó a un acuerdo con 13 fabricantes de automóviles, entre ellos Ford, General Motors, Chrysler, BMW, Honda, Toyota y Volvo, para instaurar la normativa.

 

En México, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) se manifestó en contra del proyecto de norma, publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 12 de julio. El sector argumentó que frente a los incrementos de entre 35 mil y 200 mil pesos en los precios de los vehículos, los consumidores optarían por unidades seminuevas.

 

El 20 de agosto, Eduardo Solís, presidente de la AMIA, subrayó también que la norma no es flexible y no hay incentivos económicos para la industria.

 

“De aprobarse el Proyecto de NOM-163 en nuestro país como hoy se encuentra en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), no se contempla ningún incentivo fiscal para la adquisición de vehículos de tecnologías alternativas como en Estados Unidos”, expuso Solís.

 

Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente de la organización El Poder del Consumidor dijo que los precios de las unidades aumentarían 860 dólares, en promedio, según un estudio del Instituto Nacional de Ecología.

 

Sin embargo, los consumidores recuperarán ese sobreprecio inicial cuando comiencen a ver el ahorro en la compra de gasolina, dijo Leticia Pineda, asesora de energía del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

 

Moncada aseguró incluso que los fabricantes ya producen en México unidades que cumplen con las normas internacionales más estrictas como las que se aplican en Japón o la Comunidad Europea.

 

De acuerdo con estas y otras organizaciones civiles, la aplicación de la NOM 163 permitiría reducir 170 millones de toneladas de dióxido de carbono que se emiten a la atmósfera para 2030.

 

AIE: Piden acelerar eficiencia energética

 

PARIS. La Agencia Internacional de Energía (AIE) pidió acelerar la reducción en el consumo de combustible de los vehículos, porque hacerlo es “crucial” para lograr el objetivo internacional de limitar el calentamiento climático a dos grados centígrados, lo que requiere disminuir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono para 2050.

 

La eficiencia energética de los vehículos podría mejorar entre 30% y 50% de 2005 a 2030 con tecnologías ya conocidas para los automóviles, las carreteras o los carburantes, pero eso se requiere acelerar la acción actual, advirtió.

 

Reducir el consumo de combustible por vehículo en 50% para 2030 es un objetivo “asumible”, pero requiere pasar de un ritmo de mejora del 1.7 % anual actualmente al 3%, precisó la AIE en un informe publicado ayer.

 

François Cuenot, de la división de tecnologías energéticas de la AIE, señaló en la presentación a la prensa del estudio que las tecnologías más evolucionadas existentes en la actualidad, pese a un costo de adquisición elevado, permiten un ahorro de dinero durante el ciclo de vida de los vehículos.

 

Según los cálculos de los expertos de la agencia, en un coche particular con motor de gasolina esas tecnologías permitirían disminuir 63 % el consumo de carburante, sobre todo gracias a la versión híbrida (que supondría por sí sola un recorte de 25%).

 

Cuenot constató que las políticas más favorables a la eficiencia de los vehículos se dan en Europa occidental y en Japón, mientras que la otra cara de la moneda son algunos países productores de petróleo que subvencionan los carburantes. (EFE)