Los brasileños tienen otra herida de esas que no cicatrizan nunca, además del famoso “Maracanazo” de hace 64 años.
Brasil sufrió la peor goleada de su historia tras caer 7-1 contra Alemania en las semifinales de la Copa del Mundo. La pentacampeona, que perdió el partido decisivo del Mundial de 1950 en casa ante Uruguay, fue humillada otra vez como anfitriona por el imparable rodillo alemán, que pasó como un vendaval por Belo Horizonte.
“Es el día más triste de la historia del fútbol brasileño”, dijeron en la televisión brasileña O Globo, que emite los partidos del torneo.
Las lágrimas de los futbolistas brasileños se confundieron con las de los aficionados, que jamás pensaron terminar de semejante manera su aventura en el Mundial, que regresaba al país por primera vez desde 1950. Brasil todavía tiene pendiente el partido por el tercer lugar, pero nadie se acordará de ese resultado.
En las gradas del estadio Mineirao el público lloraba antes del entretiempo, cuando Alemania ganaba 5-0 y el destino estaba sellado. Los rostros de los futbolistas reflejaban tensión, desazón e incredulidad, aturdidos por un resultado jamás antes visto por la gloriosa “Verdeamarela”.
“Yo quería ver al pueblo sonriendo. Todos saben que esto era lo más importante para mí”, expresó el defensor David Luiz, bañado en lágrimas. “Siento mucha tristeza, pero hemos aprendido mucho también en la vida”.
El Maracanazo era hasta ahora la mayor tragedia del fútbol brasileño. Una derrota que hirió el orgullo del país, pero de la que apenas se conservan imágenes y testimonios por el tiempo transcurrido.
Scolari, el estratega clave
A Luis Felipe Scolari, un técnico que siempre puso énfasis en la defensa, le costó digerir el 7-1 que Alemania le propinó a Brasil en las semifinales de la Copa Mundial.
“Felipao” asumió la responsabilidad de lo que describió como “la peor derrota” de su carrera, pero la describió como algo “atípico”, que “no se volverá a repetir, ni para ellos ni para nosotros”. “Perdimos ante una gran selección”, expresó el técnico. “Tienen jugadores de mucha calidad”.
Agregó que el partido había comenzado parejo, con Brasil incluso un poco mejor, pero que el primer gol alemán, a los 11 minutos en una jugada con pelota detenida, cambió las cosas. Y cuando se produjo la andanada de tantos promediando el primer tiempo todo estaba decidido, comentó.
“En cuatro minutos nos anotan cuatro goles”, manifestó, aludiendo a los cuatro tantos marcados entre los 23 y 29 minutos. “Cinco pelotas y cinco goles” en menos de media hora.
“No es normal”, afirmó. “Alemania estuvo maravillosa, fantástica. Pero nunca más va a suceder algo así”, insistió.
El técnico dijo que la responsabilidad es siempre compartida por jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. “Pero el que selecciona a los jugadores soy yo y el que diseña la estrategia soy yo. De modo que, en última instancia, el responsable de todo soy yo”. Felipao expresó que no se arrepiente de la forma en que planteó el partido.
Cuando se le mencionó que le regaló el mediocampo a los fuertes volantes alemanes, respondió: “Pensé que con el aporte de Oscar, Hulk y Bernard podíamos pelear el medio. Empezamos bien, pero después del primer gol nos desorganizamos”.
“Un 5-0 en el primer tiempo es casi imposible de remontar, especialmente ante una selección del nivel de la de Alemania, que llevan muchos años trabajando juntos”, sostuvo. Agregó que los alemanes tienen cinco o seis jugadores con más de 120 partidos en la selección.
En ese sentido, dijo que esta ha sido una experiencia valiosa para muchos jugadores jóvenes de Brasil y pronosticó que “en el mundial del 2018 habrá 13 o 14 jugadores de este equipo”. “Hay que aprender de esto”, afirmó Felipao, quien dijo que este fue probablemente “el peor día de mi vida”.
Fue la tercera derrota de Felipao ante Alemania en partidos de selección. Le ganó 2-0 la final del Mundial del 2002, pero luego cayó dos veces ante los alemanes cuando dirigía a Portugal, en la Eurocopa del 2008 y en el Mundial del 2006.
Felipao había dicho que su foja estaba 1-2 con Alemania y que esperaba igualarla. No pudo ser y ahora está 1-3, con el que probablemente sea la el peor revés en la historia de Brasil sobre sus espaldas.