Por los que piensan que la cerveza es sólo para hombres –algo así nos decían algunas campañas publicitarias-, aprovecharemos que recién pasó el  10 de mayo para explicar que no es así. He escuchado un par de veces la idea de hacer una cerveza exclusivamente para mujeres, pero esta división es, por supuesto, artificial y no tiene razón de ser.

 

En Egipto, una de las primeras civilizaciones con registros gráficos de la elaboración de cerveza, las mujeres eran las encargadas de producir esta bebida. Se entendía como una tarea doméstica y cotidiana, por lo que eran ellas quienes dominaban este proceso, algo similar a cocinar. Hathor era la diosa de la cerveza en esta sociedad. Su papel era tan relevante que se le conocía como la “dama del cielo” y representaba los aspectos más placenteros de la vida, como lo eran la sexualidad y la danza.

 

También en Sumeria, civilización aún más antigua que la egipcia, una mujer era la diosa responsable de la cerveza: Ninkasi.

 

Entre los siglos 12 y 15, las mujeres tomaron nuevamente un papel preponderante en la elaboración de cerveza. Mientras los hombres trabajaban fuera de casa, ésta se convirtió en una actividad cotidiana y de subsistencia para sus esposas.

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A lo largo de la historia, especialmente en los siglos más recientes, la cerveza se ha entendido como una bebida con múltiples beneficios para la salud, especialmente para las mujeres. Se han detectado propiedades antioxidantes y anticancerígenas, y está llena –en sus versiones no industrializadas- de vitaminas, minerales y proteínas, así como de fibra dietética.

 

Asimismo, se ha recomendado a las madres beber cerveza en cantidades moderadas para incrementar la producción de leche. Aunque existe cierta polémica sobre el papel del alcohol en la leche materna, la cebada y la cebada malteada con la cual se elabora la cerveza, así como el lúpulo –flor parecida a una pequeña alcachofa, con propiedades antisépticas y relajantes, que brinda amargor y aromas a esta bebida- promueven un incremento en la secreción de leche. Es por eso que suele asociarse a estilos de cerveza con mayor concentración de cereales, como la stout –negra y espesa-, o cervezas bajas en alcohol pero altas cantidades de estos ingredientes, con las madres lactantes.

 

Así es que, mejor dejar de lado los estereotipos y comenzar a probar algunas de estas bebidas que, además de plancenteras, pueden resultar saludables mientras se consuman con moderación.

 

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Maridaje de la semana

 

La cerveza es especialmente buena para acompañar los alimentos, particularmente los postres. Por eso, recomiendo una cerveza estilo stout o stout imperial para armonizar un pastel de chocolate o un sorbete de frutos rojos.