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LONDRES. El cantante británico David Bowie recibió el diagnóstico de que se moría cuando estaba grabando el vídeo de su último sencillo, “Lazarus”, según revela un nuevo documental emitido hoy por la cadena pública BBC2, la víspera del que hubiera sido el 70 cumpleaños del músico.

 

“David Bowie: The Last Five Years”, dirigido por Francis Whately, explora el último lustro del artista y en particular la grabación de su álbum de 2013 “The Next Day”, “Blackstar”, que sacó a la venta en su 69 aniversario -dos días antes de su muerte el 10 de enero de 2016-, y el musical “Lazarus”, que estrenó a finales de 2015 en Broadway, Nueva York.

 

La película de Whateley, que sucede a “David Bowie: Cinco Años”, que produjo en 2013, explica que el cantante, que llevaba un tiempo enfermo de cáncer, se enteró de que estaba en fase terminal cuando grababa ese vídeo clip, unos tres meses antes de morir, pero solo se lo dijo a su círculo más cercano y además continuó trabajando como si nada.

 

“Supe al final de la semana de grabación que él se había enterado de que todo había terminado”, declara en el documental el director del vídeo, Johan Renck.

 

Sin embargo, Renck asegura que la temática del clip, en el que se ve a un Bowie pálido, con los ojos cubiertos con vendajes, tumbado en una cama de hospital, no versa sobre su dolencia, como se ha especulado.

 

“Para mí, debía versar sobre el aspecto bíblico, el hombre que volvería a renacer, y no tiene nada que ver con su enfermedad”, afirma el director, que revela que el concepto del vídeo inspirado en Lázaro -a quien Jesucristo devolvió a la vida- se le ocurrió antes de conocer el diagnóstico de Bowie.

 

Esto no quita que, como se comenta en el documental, Bowie actuó en ese vídeo con total pasión y convicción, sabiendo íntimamente que le quedaba poco de vida.

 

El documental difundido hoy, uno de varios espacios televisivos producidos en el Reino Unido en homenaje al músico, incluye sonido inédito de la grabación de “Lazarus” y entrevistas con personas de su entorno, entre ellas el director de su único musical, Ivo van Hove, y su amigo Tony Visconti, aunque no con sus familiares.

 

Whately ha subrayado que, por respeto a la privacidad que en sus últimos años tanto ansiaba Bowie, no quiso hacer un documental sobre su vida personal, sino que prefirió centrarse en su música y en un periodo creativo que “hasta ahora nadie había explorado” y que es “un territorio interesante”.