El uso de la fuerza pública será el último recurso para desalojar el auditorio “Justo Sierra” en la Facultad de Filosofía y Letras, ocupado desde hace casi 20 años por estudiantes universitarios, pero también por personas ajenas a la institución, advirtió el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Graue Wiechers. El funcionario insistió en que la estrategia a privilegiar será el diálogo con los ocupantes.

 

Entrevistado sobre el tema al término de la presentación del libro “Mariguana y salud”, compilado por el ex rector Juan Ramón de la Fuente, Enrique Graue Wiechers dio a conocer que hoy sostendrá una reunión informal con el Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía, durante el cual escuchará algunas propuestas para desalojar el auditorio.

 

“¿Las instancias legales? El espacio es nuestro como tal. Hay que procurar toda la capacidad de diálogo que tiene la Universidad y evitar cualquier acto de violencia en este proceso. (La fuerza pública) será la última de las opciones”.

 

La semana pasada, integrantes del colectivo “Okupa Ché, Espacio Autónomo de Trabajo Autogestivo”, grupo que tiene el auditorio bajo su poder, golpearon a vigilantes de Auxilio UNAM, incendiaron una caseta y un vehículo de la universidad y clausuraron el paso vehicular sobre Circuito Universitario en protesta por el arresto de una persona que pertenecía a ese colectivo y a quien la Procuraduría General de la República (PGR) acusa de narcomenudista.

 

Sobre el tema, el rector adelantó que la Rectoría ya tiene identificados a algunos de sus ocupantes y reiteró que el auditorio “Justo Sierra” pertenece a la UNAM y debe ser utilizado para y por los universitarios.

 

Esta condición no se ha cumplido desde septiembre del año 2000, durante la rectoría de Juan Ramón de la Fuente, cuando fue ocupado por grupos políticos integrados por universitarios y externos; ello ocurrió después de que la Policía Federal ingresó a Ciudad Universitaria para romper el paro estudiantil del año 1999-2000, protagonizado por el Consejo General de Huelga.

 

El espacio, nombrado en honor de uno de los fundadores de la UNAM, fue re-bautizado por los ocupantes en honor de un guerrillero, el Ché Guevara.

 

Por su parte, De la Fuente rechazó opinar sobre el tema, al señalar que con él “se resolvió el conflicto” universitarios y remitió a uno de sus nuevos libros “La universidad rediviva”, en el cual aborda el conflicto universitario de 1999, y se limitó a comentar que los actos de violencia dañan a la Universidad.

 

“Todos los actos violentos dañan no solamente a las instituciones sino a quienes están siendo agredidos, todas las expresiones de violencia lo hacen”, dijo.
“Hay que ser juiciosos, cuidadosos, prudentes. Estos problemas no se resuelven con declaraciones estridentes sino con prudencia, inteligencia, firmeza y acatando la ley”, concluyó.

 

Debe aplicarse la ley: Barbosa

 

Tras señalar que el auditorio Justo Sierra pertenece a la UNAM, a su comunidad y no a un grupo particular, el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa Huerta, hizo un llamado a recuperarlo.

 

Sobre la autonomía de la Máxima Casa de Estudios, Barbosa Huerta dijo que la recuperación del auditorio no significa represión, sino aplicar el reglamento, el estatuto de la UNAM y las leyes de la Ciudad de México para que haya justicia.